Capítulo 22

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– ¿Joven Rosenfire?... ¿Joven Rosenfire?... ¡ROSENFIRE! – exclamó la profesora que estaba impartiendo la lección de historia esa mañana.

Dariel parpadeó y miró hacia los ojos de la profesora como si acabase de reconectar su mente a la realidad, se había sumido en sus propios pensamientos pesimistas, aun no superaba el hecho de que Aurelyn hubiese estado tan cerca hacía tan solo dos días, y que en vez de haberle hecho saber que no la olvidaba ni un solo día, ella se había llevado la decepción de verlo besándose con otra chica. Era inaudito y demasiado extraño, casi como si todo hubiese sido planeado con el fin de aumentar la brecha que los separaba.

– Responda la pregunta que le hice señor Rosenfire – dijo la profesora con un tono molesto y calculador. ¿Planeaba acaso humillarlo?

Dariel miró el pizarrón donde había algunos garabatos que simbolizaban una especie de montaña torcida, seguida por una corona, y luego un signo de pregunta. No recordaba para nada la pregunta, pero recordaba que antes de haberse sumido en sus pensamientos había escuchado algo sobre el reino de Feroín.

El resto de la clase, mientras tanto, lo miraba atentamente, con la expectación de saber qué pasaría. Felipe especialmente, quien estaba sentado a su lado sosteniendo un libro en sus manos, que Dariel miró de soslayo, observando que subrayaba la frase: "el reino de Feroín se divide en:".

– Con mucho gusto profesora. El reino de Feroín se divide en tres poderes principales. Primero está la monarquía, la cual está conformada por el rey y sus familiares, los cuales suelen ser nobles. En segundo lugar, están otros nobles menores, pero con ellos mayoritariamente toma auge el poder de la corte, la cual suele trabajar en conjunto con la monarquía para tomar decisiones, y por último está el poder militar, el cual cuenta con un tribunal de justicia, el cual curiosamente está conformado por los generales de las provincias, los cuales imparten justicia según el código moral nacional. Al actuar de esta forma la monarquía a pesar de tener casi el setenta por ciento del poder en sus manos, sigue estando sujeto al parecer de la corte y a la decisión autónoma de la milicia, la cual tiene como norma de honor el no obedecer aquello que atente contra el código moral nacional, aunque el mismísimo rey lo demande – respondió Dariel con una soltura propia de un experto en la materia.

Aunque fuese un campesino a plena vista, le encantaba leer y sabía muchísimas cosas, como esa, desde hacía mucho tiempo. Realmente había cosas que le enseñaban en la academia que le aburrían precisamente porque no significaban un descubrimiento nuevo en su vida.

La profesora perdió la sonrisa burlona que tenía, y en cambio le miró con enfado, mientras se giraba hacia un lado.

– Así es, me alegra que sepa tanto sobre el gobierno de nuestro país vecino. Supongo que es igual con el suyo propio, ¿verdad? – inquirió, tratando de buscar otro motivo que le permitiese humillarlo. Dariel sonrió con suficiencia mientras colocaba con elegancia los codos sobre la mesa, y llevaba sus manos a su barbilla.

– Curiosamente tiene razón profesora. ¿Gusta que se lo demuestre? – preguntó él, mirándola fijamente con sus ojos dorados.

– Tsh... – masculló ella, tomada por sorpresa, pero luego movió la mano muy rígidamente invitándolo a hablar.

– No hemos estudiado eso, hasta el próximo mes lo haremos – dijo Felipe mirando a Dariel con admiración.

– Hay libros en las bibliotecas, y me complace decirles que la academia Delerif tiene una de las mejores de ambos reinos, por no decir que no está restringida para los estudiantes, sino que cualquier ciudadano puede acceder a ella. Bien, dejando ese dato de lado, puedo decir que el reino de Hazengard es levemente diferente, más autoritario diría, el primer poder sigue siendo la monarquía, aunque el segundo poder de una corte no es precisamente como en Feroín, sino que en Hazengard son los propios generales los miembros de la corte, todo el orden del gobierno gira en torno al ejército, y de hecho, también son ellos en conjunto quienes imparten justicia en orden al código moral nacional, el cual es mucho más severo que el de Feroín. Casi no hay faltas leves, pero en todo caso, solo cuando algo muy grave ocurre ellos intervienen, diría que son relativamente permisivos, aunque si intervienen juzgan con demasiada severidad. Por lo demás, tenemos dos tipos de milicias, esta la civil que está conformada por seres humanos y la potentada que se caracteriza por contar con los mejores estudiantes de cada generación de ambas academias mágicas en el país.

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