🦋🌹Capítulo XII🌹🦋

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Los días pasaron y había llegado el sábado, Harry estaba muy nervioso, no sabía que ropa usar y después de pensarlo por una hora al fin escogió el atuendo perfecto.

-Padre iré a casa de una amiga, vengo más tarde, adiós. - Harry salió de casa sin siquiera esperar respuesta de su padre.

Ambos chicos se encontraron en el parque cerca a la casa de Harry para dirigirse al parque de diversiones.

-Hola cariño...-Harry quedó anonadado ante la belleza de Louis, había cambiado su peinado, ahora era un poco más alborotado y voluminoso.

-Hola Hazz, ¿qué tal?

Y comenzaron a caminar hacia el parque.

-¿Por dónde comenzamos? -preguntó Louis.

-Quiero algodón de azúcar.

-Para mí eres algodón de azúcar, quisiera que te derritieras en mi boca. -Dijo Louis con picardía.

El rizado soltó una pequeña risa.

Los dos chicos fueron por un algodón de azúcar y recorrieron el parque pasando por varios juegos y ganando algunos dulces.

-Lou mira ese peluche. -dijo Harry mientas señalaba a un peluche de conejo de casi un metro.

-¿Lo quieres?

Harry agachó la cabeza y agarró su codo con la mano del brazo contrario.

-sí. -afirmó el rizado de manera casi inaudible. -por favor...

-¿cómo? -preguntó Louis aunque había escuchado perfectamente al rizado, lo hacía para molestarlo.

-sí...por favor...

Louis se rió suavemente. -Ven, te lo compraré.

-Louu, ¿en serio? ¡Muchas gracias! -Agradeció Harry con gran emoción y alegría.

Entonces el rizado se dispuso a brazar fuertemente a Louis quien no dudó en devolver el acto dando un pequeño beso sobre los labios de Harry.

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Los minutos pasaban y Louis invitó al rizado a la rueda de la fortuna, Harry había visto cuentas de películas con escenas extremadamente románticas sobre aquel enorme objeto, le emocionaba imaginarse a sí mismo en una de esas tan hermosas escenas.

El rizado aceptó sin duda alguna y tomó el asiento correspondiente para comenzar a ascender.

Poco a poco la ciudad se veía cada vez más y más, enormes edificios de divina arquitectura se observaban iluminados, nada más, que con las luces de ellos mismos. La vista era sin duda maravillosa.

Justo en lo más alto el castaño agarró la mano del rizado para girar su cabeza hacia sus brillantes ojos, lentamente comenzaron a acercarse el uno al otro para terminar con la distancia en un beso, un beso de amor como en las películas, la sensación de vivir aquella escena maravillaba al rizado, al fin, después de acabar con sus reservas de aire, tomaron un poco de distancia, nada más para juntar sus frentes aún con los ojos cerrados.

-Te amo. -confesó Louis mientras apoyaba su mano sobre la suave mejilla de Harry.

El rizado sintió como miles de mariposas revoloteron en su estómago, su sangre hirvió y el sentimiento inundó su alma.

-Yo también te amo Lou. -Respondió mientras agarraba la mano del castaño que se encontraba en su mejilla con su propia mano, para en seguida continuar con otro largo beso.

Solo eran ellos dos y el ambiente de amor a su alrededor, nada más que eso existía ahora mismo.

-Quisiera que este hubiera sido nuestro primer beso. -bromeó Harry.

Louis soltó una pequeña risa -cállate.
El rizado mostró su bella sonrisa que tanto le encantaba a Louis.

De pronto sonó el click de la cámara del teléfono de Louis.

-Lo siento, te ves hermoso. -excusó el castaño.

Entonces Harry agarró su teléfono para sacar una selfie junto a su ahora novio.

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Dos meses pasaron, ambos siguieron saliendo muy seguido y todo estaba mejorando, ambos estaban hechos el uno para el otro, todo era perfecto cuando estaban juntos.

-Hazz, te invito esta noche a mi apartamento, ya sabes, estamos cumpliendo dos meses de relación y pues, quiero darte algo especial.

-acabas de arruinar la sorpresa.

-ay, oye, no digas eso, aún no sabes nada.

El rizado se rió suavemente. -Claro que iré, no me perdería de esto.

La luna sale cuando el sol ya está oculto, la luna reina y la hora de la misteriosa cita llega.

Harry es recibido por el ojiazul, y al cruzar la puerta ve el camino de pétalos de rosa en el suelo.

-Ven conmigo.
Entonces Louis agarró la mano de Harry para llevarlo por el camino de pétalos.

Harry queda fascinado, Louis había preparado aquella sala perfectamente.

Había un candelabro dorado de tres velas sobre una mesa justo al lado de la enorme ventana, la luz era cálida, el olor era similar al de un jardín de lavanda mezclado con vino.
La música era suave y romántica y daba un ambiente cálido y cómodo perfecto, esto era más de lo que había imaginado.

El rizado guiado por el castaño, y aún sin decir una palabra procede a sentarse sobre la silla designada para él, la vista era increíble, pues, una enorme ventana sobre un piso quince dejaba ver gran parte de la enorme ciudad, por una esquina se veía la luna llena, que iluminaba con fuerza.

Entonces el castaño trajo a la mesa una botella de un fino vino junto dos copas y seguido de esto los dos platos, era la primera vez que Louis preparaba algo sin ninguna ayuda, sin duda lo más romántico que alguna vez hizo.

-¿Te gusta? - preguntó Louis.

-Lou, esto es mil veces mejor a lo que pude imaginarme, todo es precioso.

Después de cenar los chicos siguieron hablando sobre ellos y sus vidas mientras bebían más y más vino hasta el punto de embriaguez.

Estando ambos en este estado sus hormonas comenzaron a recorrer sus venas, y el ambiente empezó a aumentar su temperatura con leves toques sobre sus piernas, miradas y besos.

De pronto ambos se encontraban en la habitación del castaño, dándose besos lujuriosos y llenos de deseo.

En cuanto menos los esperaban ambos estaban en acto del amor, dándose placer mutuamente bajo las cálidas sábanas del ojiazul.

Finalizada la acción, totalmente extasiados después de llegar al clímax, al fin sus ojos se cerraron, ambos cayeron en los brazos de morfeo y así la noche pasó con rapidez mientras ambos tenían sueños donde el contrario era protagonista, divinos sueños que podrían hacerse realidad, solo si el destino lo deseaba.

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