3. Bingo

257 26 4
                                    

Archie

—¡Bingo!, ¡Bingo!– grito lo más fuerte que mis pulmones y mi garganta me lo permiten– ¡Bingo!— esbozo una mueca de dolor al sentir como mi pierna cada vez punza más, y por inercia bajo mi mirada hasta ella. Observo como la sangre corre; y posiblemente en otras circunstancias le pondría más atención a la herida que hay en mi pierna, sin embargo, la adrenalina y la desesperación por encontrar a uno de mis soldados, es mayor. Podría estarme desangrando y eso no me importaría, al menos no lo suficiente como para dejar de lado mi objetivo principal: mantener a salvo a cada uno de mis soldados y asegurarme que regresen sanos y salvos con sus familias una vez la guerra termine, sin importar que incluso yo tenga que dar mi vida para asegurarme de ello.

Continúo caminando y arrastrándome mientras evito las balas que salen disparadas por todos lados, incluyendo las granadas que han comenzado a lanzar en todas direcciones.

A lo lejos, logro escuchar un grito de dolor: Bingo.

—¡Bingo!– vuelvo a gritar lo más fuerte que puedo, esperando esta vez obtener una respuesta, sin embargo, sólo escucho lo mismo: disparos, explosiones y gritos de dolor y agonía– ¡Bingo!, ¡soldado, repórtese!— siento como las fuerzas cada vez se me acaban, no sé cuanto tiempo más podré seguir de pie, y mucho menos sé cuánto tiempo más me tome encontrar a mi soldado. Parece una misión imposible.

—¡Sargento!, ¡Sargento!– siento como una mano envuelve mi tobillo, impidiéndome continuar con mi camino, por lo que bajo mi mirada hasta que me encuentro con la mirada de otro de mis soldados: Eric, él mismo que me está llamando justo ahora– Sargento, no se puede ir, es peligroso, si sale de aquí, morirá, los dos moriremos.— logro ver el dolor y la angustia en su mirada. Sé que tiene razón, pero no puedo dejar solo a uno de mis soldados. No lo puedo dejar morir. No, simplemente no puedo.

—Bingo me necesita– intento zafarme de su agarre, pero pese a lo herido que él se encuentra, me sostiene con fuerza el brazo– no voy a dejarlo, ¡no pienso dejarlo!

—¡Bingo está muerto!– ¿qué?, por un momento retrocedo un poco y lo miro con horror e incredulidad. No, me niego a creer en que lo que que dice sea verdad. No, Bingo no puede estar muerto, sólo está herido, posiblemente gravemente pero es todo, él no puede estar muerto– Bingo está gritando de agonía, porque está muriendo y no hay nada que podamos hacer por él.

—No– niego con la cabeza– claro que sí hay algo que podamos hacer por él– me convenzo a mi mismo de que lo que dice el sargento Jackson no sea cierto. Bingo no está muerto, no puede estarlo, sólo necesita de ayuda y yo iré a ayudarlo. Le prometí a él y al resto de mis soldados que estarían a salvo, que al finalizar la guerra volverían con sus familias. Bingo debe volver con su esposa, ella está esperando un hijo de él, no puedo dejar huérfano de padre a ese bebé. No permitiré que sufra de la misma manera que yo cuando papá murió– sólo necesito ir por él, ¡yo puedo ir por él!, ¡yo me encargaré de que esté a salvo!, él sólo está herido pero podrá salir de esta, podrá recuperarse pronto.

—Sargento, ya no hay nada que pueda hacer– Eric me sigue observando mientras sostiene mi brazo, por lo que finalmente me termino rindiendo al ver la impotencia, el dolor y la tristeza en su mirada. No me puedo resignar, pero parece ser que es lo único que puedo hacer en este momento– si va a buscar a Bingo moriremos, usted y yo. Usted por salir al campo de batalla cuando es terreno muy peligroso, y yo, bueno...– sonríe sin ganas y baja su mirada hacia su pierna, o hacia lo que queda de ella– moriré desangrado ó el enemigo me encontrará, así que moriré de todas formas– él una vez más alza la vista hasta que se encuentra con mi mirada– es él o nosotros, sargento.

Luz [Varchie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora