Maratón 3/3

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Narra Aitana

Tiro mi celular a la cama tratando de no maldecir ni decir algo de lo que me arrepienta luego, debo tener la mente fría para cuando hablar con Catalella

Le voy a exigir que me diga por qué demonios dejó que una herida tan grave se infectara, casi muere, su sangre no es fácil de conseguir y aún así no intenta cuidar de ella

Ya no es una niña en unos semanas cumplirá los veintiuno y aún así parece una adolescente de quince a la cual debo proteger para que no se lastime

Masajeo mi cien tratando de calmarme y no ir a los estado unidos en busca de Catalella

—tranquila ella ya está bien - Fabrizio se sienta delante de mi

—no es que si esta bien, ella ni siquiera cuida de ella misma, siempre protege a los demás por encima de ella, solo se enfermó de esa manera cuando tuvo a Caelum y fue por el embarazo ¿sabes que es lo peor? - pregunto - que ni siquiera confía en mi para decírmelo ella misma 

—no digas eso solo no te quiere preocupar - niego

—no creo que sea eso

—cuando termine su venganza ambas se pondrán sentar y hablar de todo por lo tanto no te preocupes tanto, sabemos que ella se sabe proteger bien

—solo lo dices por que no quieres que valla a su lado

—lo digo por que es la verdad - sostiene mi rostro entre sus manos

—eres un idiota ‐ confieso haciendo un pequeño buchero

—deja de decir groserías - sonrío

—ya soy adulta puedo decir groserías - indicó

—no, no puedes - sus labios se pegan a los míos agarrándome por sorpresa

Coloco mis manos alrededor de su cuello atrayendolo a mi, sus manos bajan  mi cintura pegándole más él, sus labios son tan suaves y carnoso pero todavía no estoy del todo acuerdo con esto

—deberíamos parar ahora - no quiero que suceda lo de la vez pasada

—¿no quieres? - niego 

—si pero creo que deberíamos recordar lo de la última vez primero - Fabrizio sonríe

—siendo así haré que recuerdes todas mis caricias de esa noche y cada uno de los besos que deje en tu piel - sus manos van a mi muslos haciendo que enrede mis piernas en su cintura

Los besos van subiendo de nivel al igual que nuestras respiraciones y el deseo que nos quema a ambos por dentro

Sus manos se mantienen en mi muslos al igual que mis pies en su cintura, ambos queremos esto, lo deseamos tanto que nos hace sentir como si quemaramos por dentro

Se que quiero, lo quiero a él, deseo estar en sus brazos nuevamente se que es tan arriesgado esto pero… está vez no tengo miedo y me quiero arriesgar por qué él vale la pena

—si no me detienes ahora dudo que pueda hacerlo luego - ambos caemos en la cama

—no quiero que te detengas- agregó mistras lo miro a los ojos esos que me miran de una manera que no tiene explicación.

Se levanta y empieza a quitar su saco al igual que su camisa, muerdo mis labios al verlo de esa manera tan sensual

—no hagas eso - pide

—¿por qué? - los vuelvo a morder ya que se perfectamente que eso lo provoca.

Se abalanza sobre mi para besar y poder mis labios hasta el punto que siento ardor en ellos, el conocido sabor metálico llega a mi boca al igual que él ardor, el sabor metálico que se mezcla de ambos es el único sabor que deseo probar, sus latidos son sueves y los míos rápidos.

yo seré tu karma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora