no es tu culpa

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Narra Aitana

Esto no puede estar pasándome y menos a mi

—¿qué harás ahora? - pregunta Adriel

—no lo se pero de esto nadie se puede enterar hasta que yo quiera - dejo claro

—no te preocupes no dire nada pero quiero que sepas que estoy aquí para lo que necesites

—gracias

—tu hermana menor ha estado llamandote toda la tarde, también Jason, Fabrizio - me recuesta nuevamente en la camilla

Olvide que tenía que arreglar lo de la salida con Jason y Leila, ni siquiera le he dicho a Leila sobre esto, no se como se encuentra Gianna después de lo qué sucedió ayer

—oye no te estreses demasiado - aconseja Adriel

—no lo hago solo que tengo muchas cosas que poner en su lugar y debo hacerlo lo antes posible

—dime en que te ayudo y lo haré

—¿en serio me ayudaría? - pregunto

—ya te dije que si solo dime - pienso un poco y tal vez me ayude mucho

—busca a alguien que entrene a Gianna - pido

—puedes hacerlo tu - niego

—es mi hermana menor y no la quiero lastimar además se supone que debe de tener un poco de disciplina y lamentablemente Gianna y Leila tienen la misma mirada de suplica y así no puedo trabajar - es verdad creo que esa mirada la heredaron de mi madre

—¿Catalella? Es una amiga cercana a tu familia literalmente son como hermanas, es muy buena entrenadora y unas de las mejores asesinas así que es una muy buena opción 

—está muy ocupada y no quiero tomar el poco tiempo que tiene para ponerla a trabajar - dejo claro

—bueno tal vez lo pueda hacer yo - niego

—no te dejaré cerca de mi hermana menor 

—¿Celosa Fénix? - pregunta de manera burlona

—¿no te sobran órganos? - pregunto de la misma manera

—buscaré a una chica que le enseñe

—muy bien, me gusta que sigan mis ordenes

—cambiando de tema tu secretaria me pregunto que si llegabas a la reunión que hay a las seis - se me olvidaba la reunión con los Abagnale  y los pequeños establecimientos que hay en la zonas que compartimos

—¿qué hora son? - pregunto

—cinco y cuarenta

—llévame por favor - pido

—¿estás bien?

—lo estoy solo fue un desmayó a cualquiera le ocurre

(...)

Coloco mi mano encima de la pierna de Fabrizio llamando su atención por primera vez en todo la reunión 

—¿qué te sucede? - pregunto en susurros

—quitando el hecho que desapareciste por casi un día completo y no sabia nada de ti también que intente llamarte y no contestaste y que estaba preocupado por ti no me sucede nada - responde al igual que yo para no llamar la atención de los demás

—lo siento - puede que si pase mucho tiempo inconsciente

—¿qué hacías en todo ese tiempo? - pregunta

yo seré tu karma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora