Capítulo 9

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Harry volvió a cortar la distancia con un beso más seguro y demandante, sin llegar a tener un significado mucho más allá de un "te quiero". Sus narices se encontraban cada vez que ladeaban la cabeza para mover sus labios a un ritmo calmado y tierno.

Se separaron cuando escucharon la puerta abrirse, Louis cayó y rodó para esconderse bajo la cama para así evitar ser descubierto.

—¡Dust! Mierda, , pequeño demonio—regañó para luego acurrucar al gato en sus brazos—Es solo Dust, Lou.

Louis asomó su cabeza y vio una bola anaranjada acurrucada en los brazos de Harry.

—¿Por qué-?

—A veces suele subir a mi habitación de madrugada, la puerta estaba entreabierta así que eso le facilitó la entrada, normalmente rasguña la puerta hasta que la abran.

—¿Rasguña?

—¿Qué?

—O sea si... rasguña a la gente y hace cosas que los gatos hacen, ya sabes, rasgar ropa y romper todo lo que cuelga.

Harry se atragantó con su propia saliva y sus mejillas se tiñeron furiosamente de rojo.

Oh Dios.

—¡Oh! no me refería a eso—aclaró al instante con vergüenza—m-me refiero a plantas colgantes o e-estantes y esas mierda.

—Debería dejar de juntarme con Niall— Harry dejó al gato en el suelo, viendo como se dirigía a la pequeña camita que había dejado para cuando Dus lo visitara por las noches—é-el es muy... Niall.

—¿Quién es Niall?

—Es mi mejor amigo y... es demasiado directo con algunos temas.

—¿Cómo se supone que seas una masita tierna con un amigo así?—rió.

Harry negó mirando a un lado para que no se notara su boba sonrisa, su mirada cayó en la hora que daba el reloj de su mesita de noche y rápidamente volteó a ver a Louis con sus grandes ojos verdes llenos de pánico.

—¡Lou! son las 4:36 de la mañana.

—¡Mierda!

Agarró su cárdigan azul y se lo puso inmediatamente.

—¿Te veo más tarde?—preguntó apurado.

Harry asintió.

—Y no te preocupes, en serio pagaré por la ventana.

—¡No importa! tienes que irte ya.

—Bien.

Bajaron de la misma forma en que subieron, discretamente y sin ruido alguno. Cuando llegaron a la puerta Harry lo miró expectante.

—¿Harry?

—¿Si?

—Y-yo—tomó un largo respiro y confesó—yo también te quiero.

Con pasos inseguros se acercó y dejó un casto beso en sus labios para luego salir apresurado susurrando un pequeño y agudo 'adiós'. Mientras tanto, un Harry mareado por la sensación de volver a tener los labios de Louis sobre los suyos se quedaba mirando la puerta cerrada.

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