Fuckin' Perfect (Harry Styles)

#12 "Tentaciones"

No puedo creer que esté haciendo esto, parece totalmente irreal, ¿es esto lo que hace la gente de mi edad un viernes por la tarde? Supongo que sí, ya que no tengo mucha experiencia con estas situaciones. Pero, aquí estoy, delante del armario con las puertas abiertas de par en par analizando hasta la más insignificante prenda de ropa que pudiera ponerme. ¿Realmente había aceptado a ir a una fiesta con Lottie? Creo que tanta hiperactividad de su parte estaba empezando a afectarme a la cabeza. Llevaba dos horas planteando opciones en mi cabeza sobre qué ponerme, pero tanto esfuerzo seguía sin dar ningún fruto. ¡Esto es realmente exasperante! Pero, lo peor estaba por venir, porque seguía sin saber que me depararía el destino cuando llegara a la fiesta, la cual ni sé dónde se celebra. ¡Esto va de maravilla! Nótese la ironía de mis palabras. El sonido del teléfono rompe el hilo de mis pensamientos y me obliga a levantarme del suelo de delante del infernal armario y contestar. 

—Esto es mala idea, créeme —digo por milésima vez a Lottie. 

 —¡Venga! No te quejes tanto, eres peor que una abuela con artritis —me contesta con demasiada emoción contenida. 

 —¿Me pegas un tiro ya, por favor? ¿O también tendré que hacerlo yo? —suplico rodando los ojos, aún a sabiendas de que no puede verme. 

 —Voy a ignorar tu comentario y decirte lo que quería: estoy a cinco minutos de tu casa, así que más te vale estar lista —me informa en tono amenazador y antes de que pudiera reprocharle nada me cuelga. 

 —Será... —murmuro para mí misma. 

 Sin pensarlo dos veces, cojo unos pantalones vaqueros holgados y una sudadera roja. Debo ir de manga larga, ya que tengo que tapar los cortes de mi última rabieta. Normalmente tardan pocos días en esfumarse, pero todavía permanecen presentes porque son más profundos. Me avergüenzo de lo que había hecho, pero al menos no lo he vuelto a repetir desde la última vez, desde que me sinceré con Lottie sobre Zac. 

 En seguida empujo mis pensamientos a las más oscuras sombras de mi mente, siendo consciente de qué rumbo están tomando mis ideas, y es mejor desecharlas lo más rápido posible. Para acabar me calzo mis converse negras nuevas. Me peino rápidamente el pelo y lo remuevo con mis manos dándole algo de volumen, ni siquiera iba a molestarme en maquillarme. Pego un brinco al oír el timbre de la puerta, corro escaleras abajo para abrirle a Lottie, ya que mi madre no está en casa «Qué cosa tan extraña». 

 —¡Hola...! —dice Lottie bajando de tono y perdiendo alegría en sus ojos a medida que va mirándome. 

—¿Pasa algo? —le pregunto algo asustada. 

 —¿De dónde has sacado eso? ¿Del estercolero? —me contesta con otra pregunta acompañada de un todo de incredulidad. 

 —Mmm... ¿perdona? —vacilo encogiéndome a mí misma. 

 —¡No te preocupes! Te tomaba el pelo, sé que no acostumbras a ir a fiestas así que te he traído algo —me dice totalmente ilusionada mostrándome una gran bolsa que lleva en la mano, a veces me sorprendo por su increíble capacidad de cambiar de humor de un instante a otro en cuestión de segundos—. ¿Por qué crees que he venido antes de la hora acordada? Si es que hay que explicártelo todo —sonríe mientras entra directa y decidida dirigiéndose a mi habitación, sin antes apretarme los mofletes tal y como hacen las abuelas psicópatas en las películas. 

 Cuando entro a mi cuarto veo toda mi cama llena de ropa, maquillaje, medias y miles de artefactos que mi mente no llega a identificar. La miro aterrorizada y me sonríe de forma perversa, al saber lo que tiene pensado hacerme... 

 —¡Manos a la obra! —chilla—. Te he escogido este vestido, me encanta —dice mostrándome un vestido negro de tirantes ajustado. 

 —Ni de coña. No voy a ponerme eso tan apretado, sueñas. No te molestes en intentar convencerme no lo conseguirás, ya bastante que voy a una estúpida fiesta —le digo enfurruñada y seria.