«estar solo no tiene nada que ver con cuantas personas hay alrededor»RICHARD YATES
Sintió el aire fresco en sus mejillas y se llenó de una sensación de vida renovada que hacía tiempo no experimentaba. Había extrañado esa conexión con la naturaleza, pero ahora se sentía tan inmerso en el momento que le resultaba casi surrealista, incluso un poco aterrador.En medio de la soledad y el frío que le estremecía el cuerpo, las gotas de lluvia caían sobre su rostro como lágrimas. Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que se había permitido disfrutar de la lluvia así, en un instante de pura existencia. Se sentía extrañamente desconectado de la realidad, pero al mismo tiempo, se encontraba extasiado por la experiencia.
No podía explicar cómo había llegado allí ni recordaba haber caminado hasta el parque. Simplemente había despertado entre la vegetación, en un rincón que parecía estar a pocos pasos de su hogar. La familiaridad del lugar le provocó una mezcla de confusión y asombro, como si su subconsciente lo hubiera llevado allí buscando reconectar con algo perdido en su rutina diaria.
Se limitó a sonreír, complacido de estar ahí y decidido a no marcharse, al menos no hasta que el sol despuntara en el horizonte. Quería que Shinichiro tuviera un respiro, que descansara de su compañía, pues su amigo se lo había ganado con creces. Shinichiro siempre había estado ahí para él, inquebrantable y leal en los momentos más difíciles.
Cerró los ojos y se dejó llevar por la melodía que la lluvia creaba a su alrededor. La calma que le transmitía era reconfortante; por fin, el peso en su corazón empezaba a disiparse. Durante mucho tiempo, había llevado esa carga emocional que le hacía sentir que simplemente estar vivo era un desafío abrumador.
Inhaló profundamente, permitiéndose liberar todos esos pensamientos que lo habían atormentado por tanto tiempo. La lluvia, con su suave murmullo, parecía llevarse consigo cada preocupación, cada angustia. En ese momento, se sentía en paz, como si finalmente estuviera encontrando el equilibrio que tanto había anhelado.
Quisiera quedarme aquí toda la vida
Mientras permanecía bajo la lluvia, sintió que algo dentro de él empezaba a sanar. Las lágrimas se mezclaban con las gotas de agua que caían sobre su rostro, pero ahora eran lágrimas de alivio, de liberación. Decidió quedarse ahí, permitiéndose simplemente ser, sin el peso de las expectativas ni las cargas del pasado.
"¿Quién eres tú?" Wakasa escuchó la voz en un susurro, abriendo los ojos por inercia. Se encontró con la mirada de la dueña de esa voz, observándolo con unos enormes y brillantes ojos avellana. Un escalofrío recorrió su cuerpo mientras la joven muchacha interrumpía sus pensamientos para preguntar tímidamente: "¿Estás bien?"
Inmóvil, Wakasa contempló la figura de la muchacha, las palabras atascadas en su garganta, limitándose a asentir con la cabeza.
"Pero, ¿por qué estás en el suelo?" volvió a preguntar ella. Wakasa parpadeó varias veces, regresando a la realidad. Esta vez, las palabras salieron de sus labios.
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𝐆𝐈𝐕𝐄 𝐌𝐄 𝐋𝐎𝐕𝐄 || 𝐖𝐀𝐊𝐀𝐒𝐀 𝐈𝐌𝐀𝐔𝐒𝐇𝐈
FanfictionEn el tira y afloja de este mundo donde casi todos nosotros perdemos a alguien de manera incomprensible, no consigo expresar lo que me supone apartar la vista de los viejos tiempos sin sentir una dulce emoción. Usted pertenece a aquellos días en lo...