En el tira y afloja de este mundo donde casi todos nosotros perdemos a alguien de manera incomprensible, no consigo expresar lo que me supone apartar la vista de los viejos tiempos sin sentir una dulce emoción.
Usted pertenece a aquellos días en lo...
«Si no se rompe , ¿cómo logrará abrirse tu corazón?»
Khalil Gibran
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Wakasa y Ise se encontraban sentados en la biblioteca de la universidad, repasando los detalles de su proyecto de tecnología. Con la presentación del robot con inteligencia artificial a solo dos meses de distancia, sentían la presión aumentar, pero también la emoción por el desafío que tenían por delante.
"Creo que hemos avanzado bastante con el diseño del cuerpo del robot", comentó Wakasa, deslizando algunos bocetos sobre la mesa hacia Ise. "¿Qué te parece esta idea para la estructura de la cabeza?"
Ise examinó los dibujos con atención, su rostro iluminado por la emoción. "Me gusta. Es elegante pero también funcional. Además, creo que podemos integrar mejor los sensores en esa ubicación", sugirió, señalando algunos ajustes que podrían hacer.
Conforme discutían las ideas y compartían opiniones, Wakasa y Ise se daban cuenta de lo bien que trabajaban juntos como equipo. A medida que avanzaban en los detalles del proyecto, la química entre ellos se hacía más evidente, con miradas cómplices y sonrisas compartidas que hablaban por sí solas.
"Estoy emocionado por ver cómo nuestro robot toma forma en las próximas semanas", comentó Wakasa, admirando la determinación en los ojos de Ise.
"Yo también", respondió Ise, con una chispa de entusiasmo en su voz. "Creo que juntos podemos lograr algo realmente asombroso".
Sonrió mientras echaba un vistazo a Wakasa, quien estaba inmerso en el diseño. Aunque su mente estaba cansada por las múltiples ideas sobre qué cambiar, conectar y desarmar, se animaba al ver el entusiasmo de Wakasa y de sus otros dos compañeros, Keizo y Shinichiro. Aunque apenas había hablado con Keizo en los dos meses que llevaban en el proyecto, y Shinichiro, aunque un poco molesto, era su amigo.
De repente, como si hubiera invocado al diablo, escuchó la voz de Shinichiro. "¿Cómo les va a mis queridos científicos locos?" interrumpió Shinichiro al entrar a la biblioteca. Wakasa lo miró con desagrado un momento e ignoró su presencia para concentrarse en su trabajo.
"¿Y cómo vamos? Traje algunas herramientas para esa cabeza", señaló la cabeza del pequeño robot que estaban armando. Ise rió entre dientes y se acercó a Shinichiro, "Bueno, ¿qué trajiste, Shin?"
Revisó la bolsa y vio que solo había unos cuantos LEDs, cables y algunos tornillos. Frunció el ceño. "Dime, Shinichiro, ¿en qué nos ayudará esto?" preguntó, señalando la bolsa.
"No lo sé, pensé que podríamos necesitarlo", respondió encogiéndose de hombros. Ise frunció el ceño, tratando de entender la lógica de su amigo. "No, no lo creo. Estos LEDs están quemados, los cables no son los que necesitamos y estas herramientas", interrumpió Wakasa, haciendo comillas con las manos, "son para tuercas y tornillos más grandes, son para mecánica, Shinichiro".
