Reinos Opuestos (Un nuevo mundo al descubierto)
Ailee Webster nunca pensó que se encontraría con algo así. Justo al cruzar esa misteriosa y curiosa puerta se encontraría con un mundo nuevo. Lleno de personas con collares donde obtienes un elemento...
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Todo era un caos.
Ahora que se supo las verdaderas intenciones de la ex Reina Adyra todos se pusieron a cuestionar si los que estaban aquí se aprovechaban de ellos. Las tiendas empezaron a cerrarse, las personas ya no salían de sus casas. Mientras paseaba veía como las decoraciones seguían intactas, el lugar se vea como si una ráfaga de viento se hubiera llevado a las personas.
En el castillo parecía que no había nadie, Ailee no quiso salir de la habitación por si de casualidad se encontraba con el rey o con algunos de los guardianes, sentía una especie de vergüenza de la cual no sabía porque le atacaba. Los susurros que escucho hace unos días se repetían de nuevo.
—Ellos merecen ir al otro reino. —dijo un señora que se encontraba sentada apartada de todos.
— ¡Shuuu! Cállate.
—Ahí tendrán su merecido, pero como eso se descubrió, que tonta esa reina que teníamos, atrapada solo por hablar alto.
—Ese es un descuido que nos salvara la vida a todos, imagínate que se hubiera quedado y ahora siendo madre del príncipe utilice más su poder para su gusto.
—No lo creo, pero que raro que todo paso cuando esa sipuda ingreso al reino.
— ¿Que tratas de decir...? No, no, no creo
—Pues yo sí, me parece muy extraño que esto suceda cuando ella llegara, quizá el cielo nos está advirtiendo de que esa niña es peligrosa, ella también debería ir al otro reino no decían que había otra puerta ahí.
Quizá... quizá ellas tenían razón, no debería ir de estar aquí, debería buscar la puerta que está en el otro reino, no quería pedirle a Louis que abriera la puerta de este reino. Sentía una fuerte pena en hablarle para irse cuando ahora ellos estaban pasando por un problema.
Paso por el bar con el que había entrado antes, ahora si se notaba que no había nadie, solo tendría que ir de frente y poder encontrar el bosque de las tres etapas.
Mientras caminaba se dio cuenta como el cielo cambia, el cielo, que antes estaba claro y con nueves no estaba, se oscurecía y por las nubes se notaba que iba a ver una tormenta. Los susurros de los árboles que le acompañaban en su caminata dejaron de sonar, el frio le atormentaba mientras trataba de calentarse las manos lanzando humo de su boca. Rodeada de una pronta oscuridad se dio la vuelta dispuesta a volver al castillo y venir otro día.
—Ailee.
Permaneció inmóvil, movió un poco su cabeza para ver como una silueta de una mujer se encontraba por los árboles, la que se encontraba con un sombrero y un vestido blanco era su abuela. Impresionada se quedó dónde estaba, sin capaz de mover un musculo, su abuela movió su mano saludándola como cuando la recibía y la llamaba para que se acerque.
