2. La abuela de Lucas

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CAPÍTULO 2. 

Su habitación no era tan grande, tenía las paredes celestes que tenían colgados los trabajos escolares que hacían, unas nubes colgaban por el techo y unas luces, ahora de rosa pastel, que cambiaban de colores mediante el control que tenía iluminab...

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Su habitación no era tan grande, tenía las paredes celestes que tenían colgados los trabajos escolares que hacían, unas nubes colgaban por el techo y unas luces, ahora de rosa pastel, que cambiaban de colores mediante el control que tenía iluminaban alrededor de todo su cuarto.

Ailee se despertó de sobresalto, su mamá llamaba cerca de su habitación.

—¡Levántense! —chilló de nuevo. Ailee oyó sus pasos de como caminaba por varias partes de la cocina, y después el sonido que le indicaba que estaba friendo algo. La niña se dio la vuelta entre las sabanas mientras trataba de mantener sus ojos despiertos, se había quedado hasta tarde viendo películas con Lucas, quien se encontraba del otro lado de la cama, casi al borde. La televisión estaba apagada y Ailee suponía que Lucas lo apago cuando estaba por dormirse.

—Ya levántate Lucas—dijo mientras lo movía sutilmente.

—Un rato más.

Se levantó de su cama para dirigirse al baño donde se lavó el rostro para que se le pase el sueño, salió para ver que Lucas se encontraba apoyado en la pared con la mano pasándose por los ojos mientras soltaba bostezos.

—Vamos a desayunar—dijo Ailee viendo como su amigo se dirigía al baño para luego de un rato salir y ambos bajar hasta el comedor donde su mamá se encontraba sirviéndole un café a su papá quien no se notaba por estar leyendo el periódico que le tapaba todo el rostro.

—Buenos días—saludó mientras se sentaba en la silla para luego agarrar una de las varias tostadas que tenían mantequilla y si querían podrían untarla con mermelada de fresa, que había en el frasco del costado.

—Es un buen día—Alexa había llegado ya cambiada y arreglada a la mesa para luego servirse un jugo de mango.

Alexa llamaba la atención no solo por su cabello rubio muy bien peinado, que parecía que se había tomado horas en hacerlo. Así le había enseñado su mamá Mónica, siempre tienes que lucir elegante, aunque estés con ropa cómoda.

—Tienes razón, el cielo esta despegado y no hay tanto sol—comento su papá dejando a lado izquierdo al periódico doblado.

—Los quiero puntuales en la puerta.

—Podría quedarme con Lucas—sugirió esperanzada Ailee. Podría quedarse con la familia Martínez y dormir en la habitación de invitados.

—Ya te he dicho que no—bramó su mamá.

Con calma y miradas duras de parte de su padre terminaron el desayuno para luego ir corriendo a la habitación.

—Tú báñate primero, yo tengo que ordenar mi mochila—aviso Ailee ni bien entraron, agarro una mochila negra que estaba encima de una silla mientras que Lucas se dirigió al baño con la misma ropa de ayer en la mano para cambiarse.

Reinos Opuestos   (Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora