Pintando estrellas ; Robarca

2- Práctica

Buenos días joven amo.-

Mis ojos están hinchados.

Anoche no pude dormir, además de llorar toda la noche, no pude parar de pensar en Marcos.

Me senté en la cama.

Vi como Diego se quitó un guante.

Debe dormir más joven amo.- Acarició mi mejilla.

Le sonreí.

Preocúpate por ti ¡Mira esta herida!.- Señale una quemadura de su mano.

Ah... No sé preocupe joven amo.- Se colocó el guante.

El siempre tan formal...

Le dí un golpesito en el hombro.

Vamos, ponme la ropa más estrafalaria que encuentres.-

Ambos carcajeamos.

Cómo usted guste.- Me guiñó un ojo.

Hoy inicio mis prácticas en la empresa.

Agh...

Es horrible, pero bueno...

Cada vez que pienso en la empresa llego a recordar a Marcos.

Si no hubiera muerto... El sería el dueño de la empresa.

Suspiré.

Joven amo.- Se quitó el guante.

No pudo dormir... ¿Quiere que lo acompañe en la cama esta noche?.-

Lo miré, sonriéndole pícaro.

Ya no tengo doce, Diego.-

Mi mayordomo acarició mi mejilla.

Vió detenidamente mi cara.

Tocó cada parte de esta, desde el puente de mi nariz hasta mis labios.

Lo dejé.

¿Quieres besarme?.- Sonreí, moviendo mi cabeza a un lado.

Le pondré la ropa, joven amo.- Oh... Su cara se sonrojó.

Quité mi pijama.

¿Q-quiere... Ducharse primero?.-

Nah, me bañaré después, quedaré con un olor a vino asqueroso.- Hice una cara de asco.

El sonrió.

¿Qué le parece este conjunto?.-

Me enseñó un traje al mero estilo kodona.

Una camisa blanca con encaje y decoraciones en negro.

Un short y saco color negro con rayas blancas.

Unos zapatos con tacón.

Y para finalizar un lindo sombrerito de marinero.

Ponmelo.- Esa ropa es lindísima...

Con cuidado, Diego me puso este hermoso conjunto.

Arregló mi cabello para ponerme el gorro.

Me miré al espejo.

Levanté mis pestañas con mis dedos.

Me veo increíblemente hermoso.

¿Que opinas?.- Dí una vuelta.

Creo... Que se ve muy bien, joven amo, solo que creció bastante.- Tomó el borde de mi short.