9- Herencia - final.

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Mi esposo era un hombre muy adorado, siempre estuvo allí para mí.- Mi madre sorbió sus lágrimas.

Tomaron fotos de nosotros, las luces cegaron mis ojos.

E-el... Se nos adelantó, pero Dios tiene planes inesperados, solamente queda recordar sus acciones.-

Mi mamá bajó del pedestal.

Bajaron la caja con el cuerpo de mi padre.

Y, finalmente lo enterraron.

Suspiré, arreglando mi traje.

Mi madre seguía sollozando.

Antonio me tomó de la mano.

Está incómodo, no sabe que acaba de suceder.

Me veía pidiendo auxilio.

Lo apreté a mi cuerpo.

Dos hombres con el mismo nombre murieron.

Uno lo merecía.

[•••]

Bien, ahora les leeré el testamento del señor Marcos Guadarrama.- El abogado se colocó unos lentes.

Estábamos en nuestro comedor, reunidos para escuchar más mierda.

Debería de haber llamado a mi Diego.

"Si están leyendo esto es por qué seguramente fallecí, tengo bastantes cosas para heredarle a mis hijos.
Primeramente, las escrituras de mi mansión se las dejaré a mi hijo Marcos Guadarrama.
Mi compañía la hereda Marcos.
Y, la mitad de mi dinero del banco se lo quedará mi esposa, Amelia Jiménez.
La otra mitad será para mi hijo Marcos.
Las pertenencias que no haya mencionado se las quedará Marcos".-

Lo sabía.

Sabía que nunca modificó el testamento.

Sabía que nunca me vería como su heredero.

Pero aún así, esto duele.

Como el hijo del señor Marcos lamentablemente falleció, lo heredado será transferido al segundo hijo del sexo masculino mayor de edad.- Continuó el abogado.

Suspiré.

Gracias... Abogado.- Mi madre le sonrió.

¿Quiere que las herencias sean entregadas en este momento?, Señora.-

No... Hablaré con mis hijos primero, gracias.-

El abogado salió, provocando un silencio sepulcral en el comedor.

Mis niños... Todo cambiará en estos momentos, sé que nos será un poco difícil, pero saldremos adelante.- Mi madre tomó mi mano.

Se ve demasiado triste.

¿Realmente amó a mi padre?.

Mamá, ¿la casa estará a mi nombre?.- Le pregunté.

Ella asintió.

Te la dejaré a ti.-

¡Roberto! N-no, no puedes.- Acarició mi mano, sonriéndome triste.

Mami, lo mereces, la casa es tuya.- Besé su mejilla.

Amelia.- Mi hermana me volteó a ver.

El dinero es tuyo, utilízalo para tus estudios o lo que quieras.- Le sonreí.

Ella abrió los ojos impactada.

Pintando estrellas ; RobarcaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora