Eterno | KookV♡

｢Capítulo 50❃｣

La noche había caído, un silencio profundo envolvía al grupo que se dirigía a cumplir la más importante misión para sus planes. Se sumergieron en el espeso Bosque Băneasa, ubicado en Bucarest, Rumania, a unos kilómetros de la sede principal de la legión de Eternos. Eran sigilosos y se mantenían alerta, sus pasos provocaban apenas un crujido audible que dejaba su peso al transitar por las hojas secas.

Jaehyun lideraba el equipo, llevaba en sus manos una sofisticada ballesta mientras registraba toda el área, a su lado caminaba Seokjin, sus ojos resplandecían de un intenso color plata mientras liberaba un aura de protección para todo el grupo, la cual los libraba de ser detectados por las salvaguardas de la zona. Detrás de estos se movían Jungkook y Eunwoo, cada uno sostenía su propia katana y muy cerca a ambos estaba Yoongi cubriendo con atención la retaguardia.

Llegaron al límite del bosque, la densidad de árboles allí era mucho más baja, por lo que tenían visibilidad completa de la muralla de la zona Este de la legión, donde se alzaba una entrada que era resguardada por dos guardias. Jaehyun les ordenó que se tiraran al suelo, avanzarían los últimos metros en rastre bajo para no ser detectados por los hombres.

—Seokjin, a mí señal tendrás que desactivar las salvaguardas. Cuando lo consigas, avisaremos a la escuadra de Lay Zhang para que se encarguen de las entradas Norte y Oeste y a mis hombres que se encargarán de la zona Sur.

El mencionado emitió un sonido afirmativo, los demás mantuvieron su posición hasta que Jaehyun diera la orden de avanzar. Jungkook y Eunwoo serían los primeros en salir del bosque y se ocuparían de los guardias. Cuando despejaran el área, Yoongi entraría junto a Seokjin, ya que él sólo podría desactivar las salvaguardas desde dentro.

—Jungkook, Eunwoo, tienen 30 segundos para asesinar a los guardias de la entrada sin llamar la atención, no hay espacio para errores. —enunció Jaehyun en un tono severo y luego de esto les indicó que podían avanzar.

Se ocultaron con la sombra de los árboles el máximo tiempo que les fue posible, hasta finalmente abalanzarse sobre los hombres que custodiaban la puerta. Eunwoo fue el primero en salir, corrió rápidamente hacia el guardia del lado derecho y desenvainó su katana de manera ágil hasta clavarla profundamente en su pecho haciendo que el filo saliera por la espalda. Con un segundo movimiento, la retiró y limpió la sangre de esta mientras observaba la mirada perdida del sujeto que experimentaba su agonía.

Mientras tanto, Jungkook llegó hasta el segundo hombre quien resultó mucho más hábil y experimentado. Batieron katana contra katana, el guardia intentó propinar un corte en el abdomen del pelinegro, pero este fue rápido y analizando el espacio que dejó descubierto, aprovechó para blandir su arma directo al corazón.

En apenas unos segundos, ambos guardias habían caído. Eunwoo observaba complacido la escena, mientras Jungkook sentía en lo profundo de su alma el dolor que sólo podía ser provocado por la muerte. No conocía a esos hombres, pero sabía que eran Eternos como él, probablemente engañados por las pretensiones de La Corte para servir a una causa injusta, una que los había llevado a su final.

Terminó por limpiar el filo de su katana mientras empujaba la puerta para que se abriera, Eunwoo se mantuvo alerta a su lado pues sabía que adentro habría muchos más guardias y debían encargarse de asegurar el perímetro antes de que Seokjin ingresara. No pasó mucho tiempo hasta que otros dos guardias se acercaron a ellos dispuestos a atacarlos, ambos lograron bloquearlos con éxito justo en el momento en que otros dos se aproximaban.

Eunwoo y Jungkook sincronizaron sus ataques, se balanceaban de forma coordinada entre los hombres mientras repelían sus golpes y empuñaban sus katanas. Sus movimientos podrían ser descritos como una perfecta y elegante danza, una que les rememoraba aquellos tiempos donde sólo eran los dos peleando juntos contra toda amenaza.