STILL WANT YOU [SUGA∞IU] [MYG]

🌙C H A P T E R F O U R🌙

Yoongi necesitaba más brazos, definitivamente.

La gente llegaba por montones a la cafetería, y no daba abasto para atenderlos rápidamente, ocasionando que las personas se agolparan en una larga fila que parecía no avanzar más.

Le estaba costando volver a adaptarse a la atención al cliente, y sin Joo-hyuk se sentía un inútil.

Los estudiantes se multiplicaban al parecer, y ya eran varios los que frecuentaban la cafetería por tercera vez en el transcurso del día.

La mayoría tenía los ojos rojos, acompañados de unas oscuras ojeras, y no era de extrañarse, porque faltaban sólo un par de semanas para que se llevara a cabo el tan temido suneung, el examen que determinaba si ingresarian o no a la universidad.

Comprendía su estrés y ansiedad, porque ingresar a la universidad era importante, sobre todo en Corea.

De no hacerlo, las perspectivas y las oportunidades en el mercado laboral eran pequeñas, por no decir nulas.

Trataba de ser lo más amable que podía con los estudiantes, poniendo su mejor cara.

—Veo que está sufriendo sin mi, hyung.

Yoongi alzó la mirada y se topó con el rostro cansado de Joo-hyuk, que sonreía débilmente. Su piel reseca y las pronunciadas ojeras lo hacían ver como un zombie andante.

—Vaya, te ves horrible.

—Lo sé, no duermo más de cinco horas por día.

Aprovechando que el movimiento estaba más tranquilo, se sentaron alejados del resto y Yoongi le preparó un desayuno cargado a Na Joo-hyuk para reconfortarlo un poco.

El chico agradeció por los pasteles y el café y se dispuso a devorar las cosas con ansias, siendo observado de cerca por su jefe.

—Puede descontar esto de mi paga, hyung.

—Deja de decir idioteces y come.

Luego de terminar, el empleado se frotó la nuca con los ojos cerrados.

—Estoy muy cansado ¿sabe? Necesitaba salir de mi casa porque me dolía el trasero de tanto estar sentado. Extraño estar aquí. Allá en casa sólo escucho los gritos de mi madre.

—Ánimo, estoy seguro de que has estudiado mucho, sólo tienes que hacer un último esfuerzo.

—Si no ingreso mi padre me matará, este será mi segundo intento. Yo quedaré destrozado si no lo consigo.

—Si vas a ingresar, estuviste estudiando todo el año, tienes que confiar en tu capacidad.

—En caso de que no lo consiga, tendrá que recibirme en su casa.

—¿Qué? ¿Y eso por qué? —preguntó Min Yoongi con curiosidad—.

—Mi padre dijo que si no apruebo los exámenes, ni me moleste en volver a casa.

Ambos se miraron, hasta que Joo-hyuk explotó en risas, logrando que Yoongi respirara más relajado.

—No bromees con esas cosas, maldito dongsaeng.

—Debería haber visto su cara, hyung. Fue muy gracioso, estaba tan horrorizado que creí que se le saldrían los ojos.

El empleado se mataba de risa ante la expresión neutral de Min Yoongi, que rodó los ojos.

A veces olvidaba que Na Joo-hyuk se comportaba como un niño.

—Por un segundo, me horroricé por la idea de tenerte en mi casa.