🌙C H A P T E R T H I R T Y🌙

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Ji Eun había tenido su primer acercamiento con ellos a través de los sueños.  Le gustaba pensar que era su forma de comunicarse. Soñado con ellos incontables veces, al menos se mantenía aferrada a sus imágenes. Verlos en sueños se sentía real, mucho más real que cualquier otra cosa. Mucho más real que los recuerdos que le parecían lejanos y distantes.

Sus sueños, a pesar de que no eran sueños felices, eran recurrentes y un tanto extraños. Siempre eran escenarios diferentes, lugares que desconocía, probablemente utopías creadas por su mente.

Se sentía siempre frío y pesado, ella vagaba por senderos sin llegar a ningún lugar. Apesumbrada, desesperada por salir. Era entonces que al final del sendero los veía, Jonghyun y Sulli siempre la esperaban allí, en el final, rodeados de un aura de cálidos colores y brillos deslumbrantes. Pero al tratar de llegar hasta ellos, la pesadilla aumentaba la intensidad. Mientras corría queriendo alcanzarlos, ellos se alejaban más y más, hablándole con palabras que no podía escuchar, dejándola atrás sin permitirle llegar, sin permitirle oir sus voces, sin permitirle tocarlos. Gritaba y gritaba pero sus cuerdas vocales se rehusaban a obedecerle, hasta que se inundaba en sus lágrimas, viendo como se quedaba sola y ellos desaparecían una vez más sin mirarla, siempre avanzando y sin mirar atrás.

Con las pesadillas iniciales llegaron aparejados los trastornos del sueño, la depresión, la ansiedad, el desapego musical y el conflicto con su carrera.

Resultó necesario entonces recurrir a ayuda profesional cuando pasaron los meses y el querer salir adelante por su cuenta no fue suficiente.

La ayuda psicológica le dio respuestas a todos sus traumas y fantasmas. Le permitió sanar todas aquellas heridas que sangraba en su interior, esas que cargaba desde la más remota niñez, esas que la habían convertido en lo que era en la actualidad.

Su terapeuta se lo habia dejado claro: existía no en base a las adversidades, sino a pesar de ellas. Su vida era un entramado de causas y consecuencias, todas ellas habían configurado la gran persona que era.

La muerte, el duelo, era diferente para cada persona. Lidiar con la ausencia física, no era una tarea sencilla.

Y el hecho de no poder despedirse, de no tener un consuelo, una última palabra, un beso, una mirada, provocaba heridas irreparables al corazón cuando se perdía a un ser amado.

Era normal del ser humano aferrarse a la idea de que nadie se marchaba del todo. Permanecían en la superficie, fuera de la atmósfera visible. Pero si se prestaba la suficiente atención, era posible encontrar señales.

Ella se encontraba a si misma viendolos en la cotideaneidad de sus días, en cada minúsculo detalle de la naturaleza, y le gustaba pensar que la visitaban a su manera. Pensaba que de cierta forma, regresaban para demostrarle que aquellos a quienes se ha amado mucho jamás nos dejan.

Una despedida... Era eso lo que más deseaba, y al mismo tiempo, lo que jamás tendría.

O así era... hasta que supo que la música podría ser su medio de expresión.

¿Y cómo no darse cuenta antes? La música la había llevado a conocerlos a ambos, la música le había entregado dos amigos maravillosos, la música la vincularía por siempre con ellos.

Era su última sesión de terapia, y su psicóloga la animó a escribir en una carta todo aquello que quisiera decirle a sus amigos, le pidió que sacara los sentimientos más profundos de su corazón en una nota que tendría que quemar luego.

Esa carta quemada, reducida a las cenizas, llegaría hasta los dos, donde fuera que descansaran, y ella tendría el consuelo de sacarse del pecho ese dolor. Sería una liberación para su corazón cansado.

 STILL WANT YOU [SUGA∞IU] [MYG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora