Emma

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-Te buscamos hasta dar contigo, cuando recuperaste el sentido nos dijeron que habías perdido la memoria.
Les dijimos que eras ciudadano norteamericano, mis padres son funcionarios publicos les contacté para pedirles ayuda con tu caso. Solo sabiamos tu nombre y que eras de Chicago.

La chica sonríe con entusiamo cuando de pronto sus ojos se posan en Candy.

- Y tú debes ser Candy. Eres tal como te imaginé, Albert me habló de ti.
Soy Emma Miller, encantada.

- El gusto es mio señorita Miller, Candy White.

- Emma fue mi compañera de brigada en África, Candy.

Me alegro de verte Emma, ¿te mudaste para Chicago?

-Oh no, he venido a ver a mi hermano. Perdón si les he importunado, es solo que no creí que volveria a verte.- observandolo de manera insistente, mostrando su mejor sonrisa como si solo existieran ellos dos-.

Sin saber porque razón Candy siente una extraña sensación, como un "punzon" en el corazón y no sabe el por qué, pero le incomoda ese sentimiento que nunca antes había experimentado.

- Nos dirigiamos a cenar algo, si gusta puede acompañarnos - dice Candy con una sonrisa a medias-.

- ¿De verdad?!, casualmente me dirigía a ese restaurant para esperar a que mi hermano salga del hospital.

Albert nota algo nuevo en los ojos de Candy y en el tono de su voz que sin duda se esmera por ser cortes hay unas ligeras notas en esa voz que antes no había escuchado.

-Vamos señoritas. Adelante.

Durante la conversación Emma les explica que después de terminar la carrera de medicina su hermano se ofreció como voluntario para apoyar a las fuerzas militares en Afganistan, que el hospital donde prestaba servicio fue atacado por los radicales y una bala le dañó un pulmon.

- Le han traido con honores y ha logrado obtener una plaza en el hospital Santa Juana.

- Esos grupos radicales se han dedicado a sembrar dolor en la humanidad, muchos de nuestros jóvenes nobles y valientes han peleado por la libertad y traen consigo marcas de esa lucha. -dijo Albert con un tono melancólico-.

Al terminar de cenar se despiden coordialmente intercambiando números de celulares y prometiendo reunirse en otra ocasión.

CONTINUARÁ...

Yo te voy a amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora