six

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"me gustas, chris."

el castaño se quedó a dormir en la casa del pelinaranja, pues anoche habían llegado algo tarde y se había despertado antes.

por lo que ahora se encontraba mirando el techo, con un brazo bajo su cabeza mientras pensaba en las palabras que minho le había dicho la noche anterior.

¿qué siento yo por él? se preguntó chan.

el australiano quería a lee, demasiado.

no soportaría que algo le pasara y amaba cuidarlo. de hecho, siempre se había preocupado por el menor.

las veces que minho se enfermaba y tenía que quedarse en cama por varios días, chan iba a visitarlo para que no estuviera solo y pasar el rato con él. además, bang podía quejarse de la mucha tarea que sus maestros le dejaban o lo mucho que su profesor de literatura, el señor park, lo odiaba.

pero todo eso no importaba. no importaba porque no era lo mismo que sentía minho por él.

lo que el de cabello naranjas sentía por chan no era solo preocupación, no solo lo quería. el coreano estaba enamorado de bang y no había nada que se pudiese comparar con eso.

el castaño necesitaba darle una respuesta pronto a minho pero en realidad no tenía idea de cómo y si tan rápido como deseaba.

tampoco quería lastimarlo, era lo último que quería.

— te ves guapo cuando estás pensativo. —susurró una voz un poco ronca.

minho había despertado y lo miraba. cuando chan correspondió la mirada con una ceja alzada, se tapó la boca en seguida.

recién se había dado cuenta de lo que dijo y sus mejillas estaban rojas.

el australiano sonrió de lado.

— ¿cómo estás, honnie? —preguntó el mayor cambiando de tema. — ¿te duele la cabeza?

— un poco. —hizo una mueca.

chan negó divertido.

— ¿quieres que te traiga algo? —lo miró expectante. — puedo hacerte una sopa.

minho asintió sonriéndole después de pensarlo un poco.

— ahora vuelvo, entonces. —tomó la cara del menor entre sus manos y depositó un pequeño beso en sus labios.

el castaño se paró de su lugar dejando al coreano en su cama para dirigirse a la puerta de la habitación y bajar las escaleras.

escuchó una voz masculina en la cocina y se extrañó, acercándose lentamente a aquel lugar.

luego recordó que era sábado por lo que el padre de minho no trabajaba hoy.

el señor lee era un hombre de negocios, muy pocas veces se encontraba en casa y los días que estaba con su hijo, sábados y domingos, pasaba el tiempo en su estudio hablando por teléfono con clientes o sus trabajadores.

chan siempre se sentía mal por el hecho de que su amigo de cabellos naranjas estuviese solo en casa. por lo que, de hecho, prefería estar en casa del menor que en la de él mismo.

— lo necesito para el lunes, jang. —dijo el señor lee. — de acuerdo, sí. gracias, nos vemos el lunes. —colgó.

chan había entrado cauteloso, intentaba no molestarlo pero no funcionó pues el señor lee lo miró mientras comía una pasta algo sorprendido.

— chan, —habló tapándose la boca con una mano mientras masticaba y luego tragó. — ¿qué haces aquí?

— hola, señor lee. —saludó con una sonrisa nerviosa. — anoche minho y yo fuimos a una fiesta, —explicó, rascándose la nuca algo incómodo. — y volvimos algo tarde así que me quedé. lo siento.

— no, está bien chan. —le sonrió tranquilizándolo. — prefiero que te quedes aquí a que vuelvas tarde a casa.

el australiano sonrió agradecido.

sin decir nada más, chan agarró las cosas que necesitaría para la sopa que le haría a su amigo de cabellos naranjas.

— ¿resaca? —cuestionó el señor lee al lado del joven de cabello castaño quien seguía preparando el plato.

— sí, me duele un poco la cabeza. —mintió e hizo una mueca.

el padre de el coreano rió negando levemente la cabeza.

— si es para minho no me enojo. —habló mirando a bang. — pero dile que si va a volver a beber que no tome demasiado. no le gusta el alcohol así que no sabe hasta donde puede tomar.

chan asintió de acuerdo con él.

tenía razón. minho no era el tipo de adolescente que salía a fiestas para alcoholizarse. el menor prefería salir con sus amigos al cine, ir a comer o solo quedarse en casa. en cambio, chan no disfrutaba tampoco beber, sin embargo podía hacerlo sin ningún problema. además, él aguantaba un poco más que el pelinaranja.

cuando la sopa estuvo lista, tomó un tazón y sirvió en él un poco para luego agarrar una cuchara, llevándosela a su mejor amigo quien esperaba en su dormitorio revisando su teléfono.

minho al verlo se sentó en la cama recargándose en la cabecera de ésta y colocó el plato sobre sus piernas para comenzar a comer.

— tu padre dice que la próxima vez que bebas no tomes demasiado. —susurró chan mirando al coreano soplando su sopa.

— ¿le dijiste que bebí? —dejó la cuchara en el plato y miró al castaño expectante.

el australiano asintió.

— tranquilo, no me dijo nada. —sonrió para calmarlo. — solo eso.

minho solo esperaba que, cuando su amiga se fuera, su padre no lo reprendiera.

lo que quedaba de la tarde, chan la pasó cuidando a su amigo y decidieron ver películas o solamente charlar. aunque a veces compartían uno que otro beso.


kiss me ★ chanho, banginhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora