eight pt three

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cuando llegaron, los jóvenes escogieron un lugar para no quemarse y que al mismo tiempo les quedara cerca del mar.

pidieron algo de tomar pues se morían de calor y charlaron un poco antes de que algunos comenzaran a meterse al agua.

pronto, minho se levantó de su silla listo para entrar al mar, creyendo que chan lo seguiría. sin embargo, no fue así. su amigo australiano seguía sentado mirando al menor con una sonrisa.

se acercó a bang extrañado y se sentó a su lado. ninguno decía nada pero se sentían un poco incómodos.

— ¿no vas a entrar? —dijeron ambos al unísono, sin mirarse.

cuando hicieron contacto visual, rieron levemente y chan negó con la cabeza, divertido.

— ¿por qué? —inquirió lee en un susurro, jugando con sus dedos.

— la verdad es que no tengo muchas ganas hoy. —mintió, haciendo una mueca, pensando que así se vería más creíble.

el pelinaranja hizo un puchero y se levantó. el mayor por un momento pensó que minho le había creído y casi sonríe victorioso.

casi. porque minho tomó la mano del australiano, jalándolo para que se levantara. debido a que el castaño ponía fuerza, comenzó a jalarlo con ambas manos, haciendo muecas y provocando risas en el contrario.

algunos minutos después, chan se rindió y se dejó hacer, haciendo que el coreano estuviese a punto de caer sobre su espalda.

todo fue tan rápido, que no le dio tiempo de reaccionar y lo único que sintió fue un brazo rodeando su cintura.

cuando minho alzó la vista, vio a su castaño amigo con una enorme sonrisa.

— ten más cuidado. —le guiñó el ojo, sin dejar de sonreír y ayudó al menor a pararse adecuadamente.

minho ya había perdido la cuenta de cuántas veces se había sonrojado en el día.

sin decir más, caminaron hacía el mar tomados de la mano, entrelazando sus dedos. al llegar al agua, comenzaron a adentrarse lento.

chan en realidad le tenía fobia al agua pero lo último que quería era arruinarle el viaje a lee.

— no tengas miedo, estoy contigo. —susurró el pelinaranja y el australiano lo miró con el ceño levemente fruncido. minho, al ver esto, se apresuró a hablar. — sé que tienes fobia al agua, chris. no mientas.

el aludido suspiró pesado y asintió rendido. si el coreano ya sabía no tenía porqué mentirle.

— no hay que meternos tanto. —habló el menor. — además, hace mucho no nado y no estoy seguro de aún saber hacerlo.

bang soltó una carcajada.

— de acuerdo.

se quedaron un rato adentro del agua, viendo aquella. donde lograban ver la arena y algunas caracolas que se encontraban debajo de ésta debido a lo clara que era.

— ¿eso es un pez? —dijo minho, rompiendo el silencio que se había comenzado a crear entre ambos jóvenes, mientras señalaba el animal.

chan lo miró con ternura, parecía un niño pequeño. como si fuese la primera vez que salía a ver el mundo.

— eso parece. —contestó después el castaño, pero sin mirar el agua. él estaba concentrado en observar al coreano, quien se encontraba a su lado aún admirando el mar, y sonriendo de oreja  oreja, provocando que sus ojitos pareciesen medias lunas.

al poco rato, regresaron a la mesa y se sentaron en las sillas. observando a los demás jóvenes, quienes se encontraban aún en el mar jugando.

— traeré algo de tomar, ¿quieres algo? —se levantó chan, mirando expectante al menor quien en seguida asintió, sonriendo.

sin decir más, comenzó a caminar hacía la barra donde vendían bebidas y comida. pidió algo que los refrescara a ambos.

al regresar, vio al pelinaranja con otro chico platicando animadamente, e hizo una mueca.

chan creyó haberlo visto en algún lugar antes.

el australiano tomó una bocanada de aire y se acercó a ellos.

— hey, honnie. —habló bang, depositando un pequeño beso en la mejilla de éste. — toma. —le tendió su bebida y minho solo pudo agradecer en un susurro, pues no entendía el comportamiento del contrario. — oh, ¿quién es él, bebé? —cuestionó, con fingida curiosidad.

lee abrió los ojos como platos ante el apodo, pero no dijo nada.

— soy sunwoo. —replicó el otro chico, mirando a chan con una sonrisa.

el australiano no pudo evitar rodear los ojos.

— ah, ¿en serio? —habló cortante.

pronto, hubo un silencio incómodo entre los tres jóvenes.

— espero verte otra vez, minho. —sunwoo decidió romper el hielo, sonriéndole al aludido mientras se despedía con la mano.

el castaño sonrió forzado.

— ¿qué fue eso? —preguntó el coreano cuando el otro chico ya se había alejado de ellos, mirando a su amigo mientras se cruzaba de brazos.

chan frunció el ceño.

— ¿qué fue qué? —inquirió, sin entender del todo.

lee suspiró pesado.

— ¡pues toda esa escena que hiciste! —exclamó, fastidiado por la actitud del mayor.

— yo no hice ninguna escena. —negó con la cabeza y tomó un sorbo de su bebida.

minho no podía creer lo que estaba pasando.

— me sorprendes, chan. —fue lo único que dijo lee antes de levantarse de su asiento para dirigirse con sus amigos. seguro ellos lo distraerían un rato de lo que acababa de suceder.

el aludido suspiró pesado y sea acomodó mejor en la silla, observando como el pelinaranja iba con sus amigos.

bang no sabía qué hacer. estaba entre pedirles disculpas o solo dejar que las cosas se calmaran un poco. seguro terminarían hablando de nuevo, como si nada hubiera pasado.

— creo que deberías hablar con él. —habló una voz a su lado.

cuando giró a ver su dueño, notó que era felix, había tomado asiento a su lado y estaba bebiendo una cerveza. chan solo se preguntaba cómo sabía lo que había pasado, pero no dijo nada.

— ¿tú crees? —inquirió el castaño, haciendo una mueca y miró al menor, expectante.

felix solo asintió.

— anda. —hizo un movimiento con la cabeza, incitándolo.

ahora fue el turno del mayor de asentir y le agradeció en un susurro, para luego pararse de su asiento y dirigirse al pelinaranja.

cuando llegó con sus amigos, abrazó a minho por la espalda, asustando un poco al menor.

— lo siento. —susurró, posando su cabeza en el hombro del coreano.

lee suspiró  pesado.

— hablemos luego, ¿está bien? —replicó el contrario, también en un susurro.

bang asintió, algo triste e iba a separarse del menor cuando sintió sus manos detener las suyas.

— te perdono pero tienes que contestarme algunas cosas después. —dijo minho y giró levemente su cabeza, acercándose lentamente a la boca del australiano acortando la distancia entre ambas. cuando ya sentían sus respiraciones mezclarse, unieron sus bocas en un tierno beso.

chan sonrió entre el beso. 

kiss me ★ chanho, banginhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora