kiss me ★ chanho, banginho

seven

la alarma de minho comenzó a sonar, dando a entender que era un día más en el que tenía que ir al colegio.

así que de mala gana, apago aquella y se paró de la cama dirigiéndose al baño para asearse.

algunos minutos después, salió y del armario sacó unos jeans negros rasgados, una camisa blanca y unos tenis del mismo color.

mientras cepillaba su cabello, oyó la puerta principal ser tocada y extrañado corrió escaleras abajo a abrir ésta. y cuando lo hizo, no esperó ver a su amigo sonriente. 

— ¿c-chris? —preguntó frunciendo levemente el ceño. — ¿qué haces aquí?

— ¿no es obvio? vine para irnos juntos a clases. —dijo visiblemente.

— creí que ya no lo hacíamos. —murmuró para si mismo aún sin entender y se hizo a un lado para dejar pasar al mayor a su casa. — como sea, ¿me esperas un poco? aún no termino.

el australiano asintió sonriendo y minho en seguida volvió a subir las escaleras con rapidez para ir hasta su cuarto a terminar de alistarse.

cuando ya había terminado, bajó de nuevo y se encontró a su amigo sentado en el sofá de la sala.

el menor miró la hora en su reloj de mano, todavía era temprano así que fue donde chan se encontraba y decidió tomar asiento al lado de él.

sin embargo, el castaño se le adelantó y lo tomó de la muñeca, pasa así sentarlo sobre su regazo. minho abrió los ojos de par en par y miró al mayor quien poco a poco se iba acercando a él, acortando la distancia entre ambos.

cuando ya sentían sus respiraciones mezclarse, chan optó por terminar la separación entre sus labios y estampó sus cerezos con los de minho, éste estaba un poco desconcertado así que no le correspondió en seguida, pero al final, terminó cediendo.

era imposible resistirse si lo agarraba de esa forma.

el pelinaranja se separó un poco y se acomodó mejor entre sus piernas, rodeando el cuello contrario con ambas manos. chan lo imitó, pero aquel pasando sus manos por la pequeña cintura de lee y siguieron besándose. 

— no te había saludado. —habló el mayor cuando se apartaron debido a la falta de aire mientras sonreía, depositando otro pequeño beso en los labios del coreano.

lee sonrió levemente sintiendo sus mejillas arder.

— me encantaría quedarme así contigo todo el día pero tenemos que irnos. —dijo el castaño con una mueca.

comenzaba a hacerse tarde y lo último que quería era que no los dejaran entrar.

— nosotros podríamos quedarnos aquí. —sugirió minho en un susurro. — sabes que mi padre no vuelve hasta tarde.

chan no pudo evitar soltar una carcajada echando la cabeza hacia atrás.

— ¿planeas no ir al colegio? —inquirió aún riendo.

— si estoy contigo no me importaría. —miró al australiano encogiéndose de hombros y dejó un corto beso en sus labios.

— lo siento, honnie. —depositó un pequeño beso en la nariz del menor. — otro día será. —otro beso en su mejilla derecha. — tengo que entregar algo importante hoy. —ahora besó la mejilla izquierda. — perdón. —se disculpó nuevamente, finalizando con un beso sobres sus cerezos.

lee no podía hacer nada contra ello. si era importante debía entregarlo, así que asintió decepcionado sin mirar a chan.

el castaño odiaba ver a minho triste por lo que tomó su mandíbula con su índice y el pulgar, obligándolo a mirarle.

— te prometo que algún día nos quedaremos aquí. —le sonrió leve. — solo tú y yo.

el pelinaranja todavía se sentía triste pero intentó verse más feliz mientras asentía frenéticamente, haciéndolo ver más creíble.

luego decidieron que era hora de irse, minho tomó su mochila y salieron de la casa. ya era un poco tarde por lo que tomaron un autobús hasta el colegio, aunque no tardaron mucho en llegar a su destino puesto a que el recorrido no era tan largo.

bajaron tomados de la mano, entrelazando sus dedos. decisión del australiano pues al menor le daba algo de pena. sabía que no tenía porqué molestarse pero sentía como si todo mundo estuviese viendo, asqueados.

chan, al notar esto, con su pulgar acarició la mano de minho intentado calmarlo. lee en seguida se giró a verlo, encontrándose con su amigo sonriéndole.

¿era posible enamorar de alguien cada vez más? el pelinaranja comprobó que sí, sintiendo su corazón acelerarse tanto que creyó que bang lo escucharía.

al llegar al aula del coreano se mantuvieron afuera de éste aún tomados de las manos, sin dejar de verse. ninguno decía nada, pero sabían que no hacía falta. estaban cómodos con aquel silencio.

minho agradeció por primera vez que su profesora siempre llegaba tarde, así se quedaría más tiempo con aquel castaño de lindos hoyuelos que lo volvía loco.

— anda, entra. —dijo el mayor, rompiendo el hielo haciendo un movimiento con la cabeza, señalando la puerta detrás de él.

el coreano hizo un puchero y asintió, dándole un casto beso a chan, despidiéndose listo para entrar.

sin embargo, no iba a ser un beso corto, pues bang siguió besándolo todavía más, sin querer separarse. incluso rodeó su cintura con ambas manos, apegándolo más a él.'

cada beso se volvía con más fervor y minho no podía evitar soltar leves gemidos entre el beso, siendo callados por la boca del castaño.

los besos bajaron la intensidad y chan aflojó su fianza en la cintura del menor. hasta que se volvieron cortos besos.

— ahora sí me voy, honnie. —dijo el mayor cuando se separaron.

el aludido sonrió asintiendo levemente y bang depositó un último beso en su frente, para finalmente irse a su aula.

minho después de ver al australiano irse, entró a su salón con una gran sonrisa.

sus amigos lo notaron en seguida y comenzaron a hacerle preguntas que el pelinaranja se negó a contestarles hasta que, harto del interrogatorio, fingió derrota y les empezó a platicar a los otros dos jóvenes lo sucedido.