eight pt four

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los dos jóvenes siguieron charlando como si nada hubiese pasado, por lo que chan estaba feliz de que le pelinaranja lo haya perdonado debido a la reciente actitud que había tenido.

después de un largo día en la playa, al caer la noche, los ocho chicos decidieron que era hora de volver a casa, por lo que tomaron sus cosas y emprendieron su camino devuelta.

al llegar, se dirigieron a sus habitaciones para tomar una ducha, para después ir al comedor pues morían de hambre. así que ayudaron a poner la mesa y a hacer la cena. al poco rato, finalmente pudieron comer, degustando la comida.

la cena fue de maravilla, charlaban y bromeaban provocando una que otra risa. para cuando terminaron, limpiaron y regresaron a los dormitorios, listos para dormir.

cuando minho llegó a la habitación, se echó a la cama y se acostó del lado izquierdo de ésta, y cerró los ojos, acomodándose para al fin dormir.

al cabo de un rato, ya se estaba quedando profundamente dormido cuando sintió la cama hundirse un poco y un brazo rodear su cintura; abrió los ojos y se giró a ver al australiano que tenía los ojos cerrados.

— no finjas estar dormido. —susurró minho.

chan sonrió de oreja a oreja y abrió los ojos.

— creí que ya estabas dormido. —también dijo en un susurro, depositando un pequeño beso en el oído del menor, quien sintió una corriente eléctrica debido a la cercanía. 

minho se limitó a negar y en seguida, se acomodó mejor para ver al mayor.

— así que, —comenzó el de cabellos naranjas. — ¿me vas a decir qué fue lo de la playa? —inquirió, mirando a bang.

chan suspiró pesado y apretó el agarre en su cintura, a pegándolo más a él.

— nada, solo no me gustó que estuvieras con él. —admitió el castaño, encogiéndose de hombros.

minho alzó una ceja.

— ¿estabas celoso? —dijo apenas audible. incluso por un momento el coreano no le había entendido del todo.

el pelinaranja se sentía extraño haciendo aquella pregunta, ¿por qué chan estaría celoso? ¿de qué, exactamente? sin embargo, no pudo evitar no hacerle la pregunta, sentía curiosidad.

cuando bang logró entender lo que el menor le había dicho, negó frenéticamente.

— ¿por qué estaría celoso? —cuestionó, frunciendo el ceño levemente.

minho asintió levemente y recargó su cabeza en el pecho de chan, cerrando los ojos. ni siquiera estaba seguro de porqué creía que algún día el mayor sentiría algo por él, probablemente lo veía como su mejor amigo y siempre lo iba a hacer de esa forma.

minho quería echarse a llorar, pero no podía. no con bang en el mismo cuarto. además, el australiano sentiría sus lágrimas en su pecho y lo último que quería era que le preguntara qué pasaba.

lee jamás fue bueno mintiendo, por lo que enseguida el contrario podía suponer que algo sucedía.

— y, ¿qué hay del apodo? —preguntó minho, alzando la mirada para conectarla con la de chan.

el último lo miró extrañado, hasta que entendió a que se refería. sonrió levemente.

— ¿bebé? —dijo más como en broma, provocando que el menor escondiera su cabeza de nuevo. chan soltó una carcajada. — ¿qué pasa, bebé? —con dos dedos tomó su mandíbula, obligándolo a mirarlo. 

el australiano sonrió con ternura, minho tenía las mejillas sonrojadas.

— chris. —se quejó, dándole un leve golpe en el hombro juguetón.

— ¿no te gusta? —hizo un pequeño puchero.

minho escondió su cabeza de nuevo y asintió, algo tímido.

— me gusta,  —admitió en un susurro. — pero es extraño que lo digas.

— puedo empezar a decirlo más seguido, así te acostumbras.

lee alzó la mirada levemente, no podía creer lo que el mayor le estaba diciendo. sin embargo, no podía negarlo. la idea de chan llamándolo así le gustaba.

— me gusta verte rojo. —guiñó el ojo el australiano, sonriendo de lado y minho al principio no había entendido a qué se refería. pero cuando lo hizo, se avergonzó el doble, haciendo reír al mayor.

— basta, chris. —canturreó, bang rió con ganas y asintió levemente rendido.

se inclinó y besó a minho, quien le correspondió gustoso, rodeando el cuello de chan con sus manos, acercándose más, si es que eso era posible.

chan no podía evitar sentir su corazón latir con fuerza, e incluso creyó que se le saldría del pecho.

minho se encontraba aún cerca de éste, por lo que temía que fuera a escucharlo. además, debido al silencio de la habitación, sentía que, incluso si el coreano no se encontraba cerca de él podría escucharlo a kilómetros.

sin embargo, logró darse cuenta de que el pelinaranja ya se encontraba profundamente dormido, lo cual lo tranquilizó un poco y en seguida, cerró los ojos, para así caer en los brazos de morfeo.

a la mañana siguiente, todos se encontraban en el comedor desayunando excepto por dos personas.

 — ¿dónde están chan y minho? —había preguntado changbin, mirando a los otros cinco jóvenes, quienes se encogieron de hombros. 

— seguro siguen dormidos, iré a despertarlos. —replicó jisung mientras se levantaba de su asiento y changbin se limitó a sonreírle agradecido.

se dirigió a la habitación de ambos chicos y tocó la puerta tres veces levemente esperando obtener respuesta, sin embargo no llegó. por lo que, sin dudarlo dos veces, abrió la puerta y lo siguiente que vio lo dejó con la quijada en el piso.

tal y como había dicho, se encontraban profundamente dormidos, abrazados. chan tenía el brazo en la cintura de minho y con su cabeza apoyándose en la del coreano, mientras que el último rodeaba su cuello con ambas manos y su cara estaba escondida en el pecho del castaño.

jisung sonrió con ternura y cauteloso, cerró la puerta y regresó al comedor.

— ¿les dijiste que vinieran? —inquirió felix cuando vio a su pareja llegar de nuevo.

— no, aún están dormidos. —susurró, agachando la cabeza.

el rubio chasqueó la lengua.

— ¿aún? —rodeó los ojos. — iré a despertarlos. —dijo y se dirigió al cuarto de ambos.

— ¡no! —exclamó jisung algo nervioso, colocando una mano en el pecho de felix, llamando la atención de los demás chicos presentes, quienes fruncían el ceño levemente. — déjalos que duerman, aún es temprano.

felix lo miró extrañado pero asintió, y depositó un beso en la frente de su novio.

— vayamos a desayunar, entonces. —tomó la mano de jisung y se sentaron en la mesa junto a los demás. 

kiss me ★ chanho, banginhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora