¡Por el amor de Poe!

Acto 5: Rio de niebla (Doppo Kunikida)

El rubio que había llevado el urgente mensaje a la mafia, Kunikida si Poe no recordaba mal, no parecía dar muestras de estar enamorado. Si fuera en otra situación, Edgar estaría encantado de analizar su comportamiento.

Pero no ahora.

"¿Cuándo fue la última vez que tuvieron contacto con el?" Poe necesitaba saber los detalles, cualquier información por más tonta que fuera sería útil. Todo para salvar a Ranpo.

"Hace siete días fue junto a Haruno-san a una misión sumamente importante en Chiba. Recibimos informes periódicos por lo cual no pensamos que pasaba algo malo." El hombre más joven parecía querer culparse a si mismo por no sospechar de cada acción del pelinegro bajito.

Edgar no lo culpaba en absoluto pero necesitaba saber que pasó.

"¿Entonces...?"

"Hace dos horas nos llegó un mensaje." El rubio parecía a punto de tener una crisis nerviosa. "Básicamente dice que tenemos un mes para encontrar a Ranpo en un juego de adivinanzas en el que cada miembro de la Agencia debe participar. Te lo mostraré cuando lleguemos."

Había mucha información para procesar pero lo importante ahora era encontrar a Ranpo. Poe le demostraría tanto a el detective como a si mismo que era capaz de resolver aquél misterio.

Si tan sólo sus enamorados los dejarán entrar a la Agencia. Ah, que incómodo, Edgar odiaba el contacto con desconocidos y los chillidos de sus fans lastimaban sus oídos sensibles.

"Disculpe, Kunikida-san..." El otro hombre era sumamente estricto con sus horarios, aquel alboroto causado por las personas que deseaban ver a Poe seguramente lo habían hecho enojar bastante.

"No hay problema, Poe-san. Yo haría lo mismo si estuviera en su lugar." Dijo el rubio y ¿Acaso se estaba sonrojando? Oh no. Estaba coqueteando.

Al parecer Kunikida no era tan heterosexual como creía.

"Uh, gracias supongo..." Edgar estaba ahora más incómodo que antes. Después de todo este lío, se tomaría unas largas vacaciones. "¿Pero cómo haremos para pasar?"

Tenían una barrera humana rodeado la camioneta de la agencia desde hacía unos 10 minutos.

"Los arrollaremos." Dijo el de lentes con naturalidad, pisando el acelerador.

"¡¿¡¿EH?!?!"

"Según mis Ideales tengo derecho a ignorar la ley en caso de emergencia." Dijo atropelallando a los enamorados de Poe y, oh Dios mío, Edgar no quería ir preso en Japón por culpa de un agente celoso. Es decir, fue miembro de Guild, técnicamente era un criminal ¡Pero era bueno, nunca dañó ni a una mosca! Sólo intento matar a Ranpo una vez ¡Pero tenía sus motivos!

Ignorando el desastre mental que tenía Poe, Kunikida siguió arrollando gente hasta que llegaron a la agencia donde no había tantos fanáticos del escritor.

"Ahora bajaré primero, les lanzaré una granada de luz e iremos corriendo hacia la Agencia. Ahí Yosano nos espera para evitar que esta gente entre." La preparación de aquellos detectives no dejaba de asombrar a Poe, eran un grupo sincronizado, inteligente y poderoso. Edgar estaba seguro de que lograrían resolver este misterio.

Salió todo según los planes del rubio, con la doctora decepcionada de no tener heridas que curar. El café de la agencia estaba vacío gracias a Díos, Poe no deseaba ver a Lucy está vez, y llegaron con prontitud a la oficina de la Agencia de Detectives Armados.

Antes de que ninguno pudiera tocar la puerta se abrió violentamente, casi arrancadola de las bisagras.

"¡Poe-san!" Chillo alegremente su enamorado albino seguido de sus otros enamorados. Vaya, Edgar, que galán."¡Sabía que eran sus pisadas!"