Fotografías.

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(Dejen cargando la multimedia para que no se les pegue)

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Narrodaor Omniscciente

Esa casa...

¿Qué hacia entrando allí?... Conway cumplió con su palabra, saco a la menor lo más pronto que pudo del hospital. El siempre odio los hospitales y cada que ponía un pie en uno hacia lo posible por salir rápidamente. A pesar que los doctores le dijeron que Abril no se debía levantar de la camilla por algunos días más, eso no le pareció problema al americano. Ordeno que le dieran el alta y contrató una enfermera para que se ocupara de cualquier cosa que necesitara su hija, pero fuera de ese Hospital. En casa.

¿Cuánto tiempo lleva desocupada?... Casi década y media, cuando Jack no pudo soportar estar allí. Cerca de medio año después de la desaparición de Julia y los niños. Para él era una tortura estar en ese lugar, rodeado de hermosos e inquietantes recuerdos, no pasaba noche que no callera en un lamentable llanto, con la única compañía del alcohol. El silencio que había sin sus hijos le abrumaba y no sentía la misma calidez en sus sabanas cuando estas perdieron el toque a perfume de Julia.

¿Por qué sigue allí?... Aun con la agonía que le suponía siquiera pasar frente a esa casa, nunca tuvo el valor de deshacerse de ella. Destruirla significaba que aceptar que jamás volverían, que lo que había vivido allí desaparecería, entonces ¿Qué le aseguraría que fue real? Venderla de daba un agrio sabor de boca, pensar que otra familia la ocuparía y su hijos probablemente crecerían allí, harían todo lo que él y su familia no pudo, le daba hasta asco.

¿Cómo sigue en pie?... Incluso si nadie había vivido en ese lugar en muchos años, se mantenía pulcra. Tal como Julia la había dejado. Conway se encargaba de enviar a alguien del CNI cada tanto a limpiar y cuidar de la residencia. Con las únicas normas de no tocar nada de las habitaciones y no mover los muebles y decoraciones de su lugar. No quería que nada perdiera el estilo que junto a su esposa había creado allí dentro

Lo que el azabache no sabía es que Michelle a veces era la que se encargaba de eso, entraba discretamente y pasaba horas allí, como una autoterapia de aceptación, para descargar el dolor y recordar lo bueno

Tal vez eso era lo que necesitaba Jack, soltarlo. Dejar de autoculparse y denar el torrente de emociones que resguardaba en su interior

Incluso Jacob también lo necesitaba, puede que así se solucionaran muchos de los malentendidos que había en la historia. Pero no es tan fácil ¿O sí?

Entrar allí podría hacerte sentir una impresionante calidez y confort, las paredes blancas contrastaban con el piso de madera oscura y las encimeras del mismo material, los muebles y la televisión de la sala te transportaban a otro tiempo, no habían sido cambiados, la única pared que resaltaba tenía un patinado de colores marrón y morado muy típico de aquella época, la librería repleta de buenos ejemplares para leer y la pequeña alfombra bajo el soja individual te invitaban a pasar noches en vela leyendo, solo calentada por la chimenea a gas y una manta. Era la típica casa idílica de los 90s en donde todos quisieran vivir, con ese estilo reto pero "moderno" de la época, perfecta de no ser porque la mente de Abril y Conway solo reflejo los momentos malos a primera instancia. Los últimos que habían pasado allí.

La primera noche no fue de las mejores un cuanto a descanso para ninguno.

Jack no puedo evitar bajar en la madrugada a caminar por todos los pasillos, por la cocina, la sala, por el patio, para acabar finalmente en medio del césped con una botella de Whisky semivacía en su mano como única compañía. Lloró, era demasiado doloroso estar de nuevo en esa casa, pero sabía que debía superarlo

~Danielle Conway~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora