Berlín Y Amadeo

10

Capítulo dedicado a @lecturasymusica,espero te guste....

Cinco meses pasaron desde aquella noche en la que para Berlin fue la más triste de su vida, en la que Berlin despertó solo en el cuarto de Amadeo, sin poder evitarlo comenzó a llorar llevando sus piernas a su pecho en medio de la oscuridad para abrazarlas y llorar, pero si bien ahora estaba entendiendo el sufrimiento de Amadeo cuando paso por lo mismo, el sí tuvo a alguien que lo cubra con sus brazos para que llore en su pecho como hizo con su madre la cual fue avisada de lo sucedido y no se movió del cuarto hasta que su bebé despertó y luego hasta que se calmó y se lo pudo llevar a su casa ya que no podía volver en ese estado a la suya, Lucio habló con Lucia y le dijo que Tomy estaba mal, que Berlin no se queria despegar de él y que como se habían quedado dormidos seguramente pasaría la noche ahi y esta demostrando una vez más lo hermosa persona que era solo deseo que Tomy se mejore y que la mantenga al tanto haciéndolo sentir mal por su mentira. 

El paradero de Amadeo fue cambiado al ya saber Berlin donde iba a estar instalado, pero a diferencia de este Amadeo eligió un lugar más tranquilo donde estar por lo que no llegaron al aeropuerto esa noche, Amadeo no es muy amante de los aviones y mucho menos de estar en otro país que apenas sabe hablar el idioma, es por eso que Lucio le ofreció la casa del campo, ahi tendria a los cuidadores de la casa asique por cualquier inconveniente tenía a quién acudir, la casa era enorme para él pero el paisaje que le mostraba los enormes ventanales valían la pena, una vez instalado se armó una rutina para no pensar en nada, va en Berlin, cada vez que hablaba con su amigo o su cuñado preguntaba si estaba bien y cuando estos le decían que sobrevivirá por no decirle sí, eso lo dejaba más tranquilo.

Por la mañana se tomaba un café frente al hermoso paisaje disfrutando del calor que los vidrios le brindaban gracias al sol que les daba de frente, luego iba al gimnasio una hora, de ahí se iba a la hermosa pileta climatizada que ocupaba el subsuelo de la casa donde nadaba una hora, luego almorzaba y después hacia diferentes cosas, salía a caminar, tocaba piano el cual estaba aprendiendo a través de clases virtuales, al igual que guitarra, por las tardes salía a caminar o leía bajo algunos de los tantos árboles que decoraban la parte trasera de la casa donde en algunas ocasiones hasta se quedaba unas cuatro o cinco horas y es que cuando se concentra en la historia el tiempo pasaba volando, pero hoy no sería la ocasión, hoy llegaba Jeon y debía preparar algo delicioso porque conociendolo estaba seguro de que el morocho estaría hambriento, al volver a la casa el timbre sonó retumbando por todo el lugar al ser el la única persona ahí, la abrió y para su sorpresa él ya estaba ahí.

Hola...- fue lo único que pudo decir al quedarme mirándolo de pie a cabeza sin disimulo alguno, yo no soy así, pero Jeon tenía algo que me atraía como la miel a la abeja y más cuando usaba trajes combinado con lentes, es una sensación inexplicable para mi, al llegar a su cara este sonrió avergonzado y tuve que hacer un esfuerzo descomunal para no babear.

Estás jodidamente hermoso...

Estoy igual...- contestó sonriendo.

Sabes que no, pasa...- lo tome de la muñeca para meterlo dentro de la casa y devorar su boca apenas cerré la puerta.

Por lo visto me extrañaste...- habló cuando deje de besarlo para ir a su cuello.

No te das una idea de cuanto...

La ropa de ambos comenzó a abandonar sus cuerpos, porque Jeon tenía ese poder sobre Amadeo, era cuestión de que se ponga en su campo de visión y Amadeo ya quería tirarsele encima porque era como una droga para el castaño y este no podía estar sin hacerlo suyo, no sabía exactamente cómo explicar lo que le provocaba, solo sabía que cada vez que lo tenía junto a él, quería todo de su chico, perdía totalmente el juicio con solo mirarlo y ni hablar de cuando sentía su perfume, eso lo volvía más loco aún haciéndolo perder la cordura por completo.