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Quiero agradecer a todos por sus mensajes de felicitaciones y aliento, espero que les guste y este primer capítulo va dedicado a.....

            @belceste....                                                                    

Los de la foto son Berlín y Amadeo...

Berlin  había llegado a un punto en el que sentía que estaba rozando el límite de su cordura alejándose de lo que él podía llegar a considerar correcto o incorrecto, desde hace cuatro años atrás que ya nada tenía sentido, todo le daba igual, le parecía cruel pensar que se sentía como una persona que sufre de daltonismo cuando era una situación tan triste para las personas que realmente lo padecían, siendo consciente de que la vida dejó de tener color para el al darse cuenta que separarse de la única persona que amo en su vida era lo mejor para ambos y no que había nacido con el problema, sonrió amargamente al recordar las palabras de su abuelo cuando en una de las tantas charlas que tenían este le dijo, si realmente lo amas te harás a un lado y dejaras que alguien más haga el trabajo por ti si tú no estás preparado para enfrentar al mundo por él, ese día se sintió la persona más cobarde del mundo porque su abuelo inconscientemente le había respondido una de las tantas preguntas que él se venía haciendo cada vez que se perdía en sus pensamientos y se avergonzó al reconocer que su abuelo había tenido razón todo el tiempo, porque si él realmente lo hubiera amado hubiera luchado por él.

Pero lo peor de todo era el admitir en voz alta de que si él no había hecho nada era pura y exclusivamente por decisión propia, porque no había con quién luchar porque nadie se había opuesto a su relación, nadie los había querido separar y entendía que su papá había actuado de la forma que actuó por su culpa, porque él había llegado hasta ahí por un cúmulo de malas decisiones que había tomado solo, pero ya era tarde para eso y se enojaba consigo mismo por aún seguir pensando en eso, Amadeo ya había rehecho su vida y se estaba conociendo con una tal María, al enterarse se sorprendió porque imagino que seguía con Carolina, después de todo se había alejado para que sea feliz con ella, pero no pregunto nada, cada vez que lo hacía era solo para saber si estaba bien, se conformaba con un  de su tío London o de su padre Lucio, las únicas dos personas que sabían que aún preguntaba por su chico de ojos marrones, pero lo de la tal María era un detalle que se le había escapado a Sofía cuando hablaba con su tío delante de él, ese día fingió escuchar música  para que piensen que no estaba escuchado su conversación cuando en realidad tenía los auriculares puestos pero había bajado el volumen, era mejor así, odiaba sus caras de lástima cada vez que comentaban algo de él en su presencia.

Un doble golpe en la puerta lo volvió a la realidad, una en la que lo hacía consciente de que su libertad se acortaba cada vez más, sentía que la decisión había sido muy rápida pero a la vez era lo mejor, en algún rincón de su cabeza dónde prevalecía su cordura, le recordaba cada vez que pensaba en Amadeo que estaba haciendo lo correcto, que todo cambiaría para mejor una vez que de el si, porque tendría a alguien en quien enfocar toda su atención y el se aferraba a eso con todas sus fuerzas y evitaría escuchar a su lado irracional que se le reía en la cara cada vez que el pensaba tal cosa y por creerlo ingenuo, volvió a escuchar la puerta pero esta vez siendo abierta en el preciso instante en el que se puso nervioso y su pulso se aceleró a tal punto de tomarse el pecho ante esa sensación que ya había olvidado pero a la misma vez extrañado porque no había encontrado a nadie que le haga revivir lo que le hacía sentir su chico de ojos marrones con tan solo notarlo cerca, es por eso que aún tomándose el pecho se dió vuelta para encontrarse con la última persona que esperaba ver ahí, no sabía cómo pudo enterarse de su casamiento y del lugar donde sería si todos habían sido sumamente discretos, pero de lo que estaba seguro es de que alguno habrá hecho algo mal si él ahora se encontraba frente a él.

Berlín Y AmadeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora