Superhero [Larry]

Salvar la ciudad. ¡Soy de los buenos!

-Louis, no siento pena por ti- dejé escapar todo el aire que había retenido en los pulmones.

-Eso… eso está bien- dije, rascándome la nuca-. Puedo soportar el odio y el rencor, pero no la pena.

-Sin embargo, me gustaría…- se llevó las manos a la cara, frustrado-. Me gustaría ir a donde ellos y decirles que fueron crueles.

-No te podrían oír- le dije, sentándome a lo indio en la cama.

-¿Los mataste?- fue más una afirmación que una pregunta.

-No a todos- dije, encogiéndome de hombros-. Pero sí a muchos. A Malcon esperé hasta que se hizo adulto y le hice colgarse de lo alto del orfanato.

Harry tragó saliva, visiblemente afectado.

-Eso es…

-Lo que esperaban de mí. Ni más ni menos. Ese niño, Louis, que has visto en los recuerdos está muerto, fue otra de mis víctimas. No voy a cambiar como cambian los malos en las películas Disney en cuanto se dan cuenta de su error, porque no voy a poder- Señalé mi pecho-. Soy lo que soy, lo he asimilado y aceptado.

-Eso es horrible, Halo.

-¿Tú has visto que tuviera alguna oportunidad de ser diferente?- le pregunté de manera retórica.

-No, pero sólo culparles a ellos de tus errores de ahora…

-No los culpo- me encogí de hombros-. Me hicieron ser quien soy, podría haber muerto en la mierda, con mi alma blanquita y pura. Sin embargo, escogí el camino de matarlos y vengarme contra todos. Fue mi elección y no me arrepiento de ella.

Quedó digiriendo lo que le dije. Creo que eso le llegó a lo hondo, parecía estar procesándolo. El hecho de no hablar nunca con los malos hacía que no comprendieran los porqués de sus acciones. Yo tenía muy claras las cosas, demasiado. Hasta el momento en el que le vi, nunca tuve ningún problema en matar, aniquilar y destruir. Nacer para eso te hacía inmune a las críticas. Fue la visión y el deseo hacia el Capi lo que me hizo bajar el ritmo y destruir las cosas poco a poco, en vez de golpe.

-Hay algo que no comprendo. ¿Tú puedes matarnos a todos?- parecía nervioso y decidí no mentir.

-Sí. En términos generales, si os ordeno algo, nadie puede resistirse a ello.

-¿Es tu voz?- me reí.

-Oh, no. Odio mi voz- hice un amago con la mano-. Es mi mente. Puede hacerte hacer lo que sea.

-Incluso a otro telequinético.

-A todo el mundo es a todo el mundo. No existen mente humana que me pueda hacer frente, ni ningún artefacto que pueda impedirme llegar.

-Comprendo. ¿Por qué no me matas?

-Porque una ciudad sin esperanza es aburrida. Algo que no resulta un reto no es divertido conseguir. Necesitan una figura que les proteja, alguien que les haga sentir seguridad, que cuando algo malo pase, crean que alguien vendrá.

-Pero llegará el momento en el que eso no pase porque tú nos lo habrás impedido.

-Y los aplastaré moralmente, antes de hacerlo físicamente- me eché hacia atrás en la cama, con los brazos detrás de la cabeza.

-Y me lo cuentas porque no podría luchar contra ti.

-Te lo cuento porque me gusta tu conversación- le corregí-. No lo hago por torturarte, es algo que tarde o temprano ocurrirá.

-¿Y no hay nada que te pueda hacer cambiar de opinión?- me encogí de hombros.

-No. Nada material, al menos. Todo lo que quiero conservar vive en esta casa- creo que no entendió que también me refería a él. No iba a salvar a nadie que no fueran Bruma y a él, por el simple hecho de que, admitiéndolo con el corazón en la mano, verle sufrir y que de esos ojos verdes caigan lágrimas debía de ser un espectáculo digno de admirar-. Ahora, si quieres irte, devolveré la Luna a su sitio y estaremos en paz. Pero recuerda que tarde o temprano…- me levanté y me acerqué a la puerta-. …tarde o temprano, todos morirán.