Harry no habló, pero me contestó a la pregunta sin necesitar hacerlo

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[N/A: ¿Os gustaría que los dos siguientes capítulos fueran una maratón? Gracias por leer :)]

Dedicado a los que han comentado, votado y leído. Muchísimas gracias :D


Grité cuando me di cuenta de que estábamos volando. Yo apenas salía de casa por el miedo que me daba, ya no os quiero contar volar. Me abracé más fuerte al cuerpo de Harry y enterré la cara en su pecho, tratando de respirar con una calma que no sentía. Eso estaba mal, realmente mal. Quería vomitar y esconderme debajo de una piedra, pero dudo que pudiera hacerlo sin bajarme de Harry. Y bajarme de Harry sería estamparme contra el suelo, algo nada agradable, gracias.

Me empecé a marear, a pesar de que el aire me diera por todos lados y que no tuviera que ocurrir. Pero, por suerte, noté que Harry pisaba suelo. Yo tenía los ojos cerrados y agarraba muy fuerte su camiseta, rezando porque me bajara y sintiera suelo bajo mis pies.

Noté una de sus grandes manos en mi pelo y la otra bajo mi trasero, sosteniéndome cuando empezó a andar hacia algún lugar que no vi, porque tenía los ojos cerrados, obvio, y estaba temblando como una hoja. Harry me bajó al suelo, manteniéndome aún agarrado por la cintura. En cuanto me di cuenta de que estaba a salvo, me aparté de sus brazos y, casi sin mirar a ningún sitio, vi mi salvación: un armario.

Ni siquiera pensé en la oscuridad de dentro, era mejor que estar afuera.

-¡Louis!- escuché el grito sorprendido de Harry. Ni siquiera lo escuché, entré, dejé una pequeña rejilla abierta para no estar en completa oscuridad, subí mis rodillas, enterré la cara en ellas, cerré los ojos y me tapé los oídos con las manos, empezando a mecerme hacia delante y atrás.

Me había quedado sin casa, santo dios. ¿Dónde iba a esconderme ahora? No podía salir a la calle, estaba llena de ruidos, de gente pensando, de personas felices. Los sitios cerrados eran mejores eran para mí. Lugares tranquilos.

Mis poderes se habían descontrolado por mis emociones, podía escuchar perfectamente a las personas que pensaban en la parte de arriba, en la de abajo, en el pasillo. Pensamientos estúpidos, qué iban a comprar o a hacer. Pensamientos que ahogaban los míos propios y me hacía ahogarme.

Me quise morir casi al instante.

-Cállatecállatecállatecállate- dije, desesperado, sabiendo que eso no ocurriría.

-Louis, abre la puerta- me pidió suavemente Harry, al otro lado. Él mismo podría hacerlo, pero el que prefiriera pedírmelo significó mucho. Aunque tampoco me parara.

-Nonononononono- sentí el calor de alguien a mi lado y unos brazos rodeándome, atrayéndome a su cuerpo. Nunca sabré cómo lo hizo, pero Harry consiguió entrar al maldito armario conmigo, poniéndome en su regazo y tapando mi cara con su mano, mientras era él ahora el que me mecía. Puso sus labios en la parte de arriba de mi cabeza y me besó con suavidad, tratando seguramente de calmarme.

-Louis, entra a mi mente.

-Ellos gritan...- se me escapó un sollozo, pero sin lágrimas.

-Sé que lo hacen, cariño. Entra en mi mente, pensaré en algo bueno- apartó el pelo de mi frente y rozó sus labios contra mi piel.

-Te prometí...

-Entra, Louis. Yo te doy permiso, hazlo.

Respiré hondo, porque no quería que Harry luego re arrepintiera, pero yo era como un adicto a sus pensamientos y a sus deseos. Así que, lo hice. Me zambullí dentro de sus recuerdos más nuevos, viendo la preocupación que sentía por cómo había reaccionado y la impotencia de no poder hacer nada para ayudarme.

Superhero [Larry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora