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El descanso

No estoy segura de cuál es el concepto que tiene el pelipurpura de la palabra descanso, pero de algo si estoy segura y es que lo que estamos haciendo es completamente lo contrario.

Nos encontrábamos en el sofá; entrelazados en un beso totalmente apasionado...moviéndonos de una manera en la que nuestra respiración se agitaba con cada roce, el chico de cabellera púrpura sostenía de mis caderas con fuerza mientras su entrepierna hacía una constante fricción con la mía.

Podía sentir como la temperatura de nuestros cuerpos aumentaba haciendo que el deseo de quitarnos la ropa nos envolviera, mis manos llegaron a su torso en dónde comencé a desabrochar la camisa que cubría el hermoso y trabajando cuerpo de mi chico pelipurpura hasta quitársela, y sin separarnos del beso recorrí cada músculo de su abdomen dejando una que otra débil marca con mis uñas.

Las manos de Takashi llegaron rápidamente a mi cardigan...el cual quitó junto a mi camiseta de tirantes dejándome solo en brasier; sé que no es primera vez que estamos en éste tipo de situación, pero me es inevitable no ponerme nerviosa ante su intensa mirada llena de deseo, subió lentamente ambas manos por mi espalda haciéndome erizar la piel mientras besaba y mordía levemente mi cuello.

El pelipurpura llegó a los ganchos del brasier y lo quitó sin ningún problema tirando la prenda lejos de nosotros, un color carmesí pintó sus mejillas al ver que mis pechos estaban completamente a su merced, sin previo aviso se sumergió en ellos lamiendo la parte más sensible haciéndome soltar un gemido el cual ahogué con una de mis manos; la manera en la que su lengua recorría mis pechos...me estaba enloqueciendo.

Podía sentir sus manos, sus mordidas, sus besos y su lengua por todo mi cuerpo, Mitsuya estaba tan perdido en mi piel como yo en las sensaciones que me hacía sentir este chico; pero ésta vez no voy a dejar que el chico de cabellera púrpura tome el control por completo, una de mis manos tomó posesión de su cuello alejándolo de mis pechos hasta el respaldo del sofá, el pelipurpura parecía algo sorprendido y una sonrisa ladina decoraba su rostro, sin soltar mi agarre junté nuestros labios en un beso.

Mis besos se desviaron por la comisura de su boca bajando por su cuello y llegando a su pecho, seguí bajando por su abdomen, pasando por su ombligo...dejando un camino de besos húmedos hasta que llegué a su pantalón y mis rodillas al suelo, levanté un poco la vista encontrándome con esos brillantes ojos que me miraban desde arriba con cierta lujuria, éso fue suficiente para bajar el cierre del pantalón y comenzar con un masaje por sobre el bóxer en aquel bulto que sobresalía de su entrepierna.

Le quité el pantalón y mientras me relamia los labios empecé a bajarle lentamente el bóxer...hasta que su gran erección salió quedando frente a mis ojos, el calor llegó a mis mejillas y las ganas de ponerlo en mi boca se apoderaron de mí quitándome los nervios que sentía en el momento, con una de mis manos rodeé su longitud mientras que con la otra me sostenía de su muslo, pasé mi lengua suavemente por la punta antes de introducirlo por completo en mi boca ocasionando que los jadeos del chico que me miraba desde arriba aumentaran; sin duda es el mejor sonido que he escuchado.

Los siguientes segundos eran claramente el sonido mojado que se escuchaba del vaivén que provocaba el miembro de Takashi en mi boca, saliendo y entrando cada vez más profundo, sentí como el pelipurpura pasaba su mano por mi nuca entrelazando sus dedos entre las hebras de mi cabello...el cual tiraba levemente a ratos, saqué el miembro que llenaba mi boca dejando hilos de saliva que aún me unían a él.

Con mis dedos limpié la comisura de mi boca y sin quitar el contacto visual volví al regazo del pelipurpura mientras le daba una pequeña sonrisa inocente, Takashi desabrochó mi pantalón y lo quitó junto a mi ropa interior haciendo que mis pliegues que se encontraban húmedos quedaran descubiertos, tomó de mis caderas sentándome en su entrepierna mientras besaba mi cuello con brusquedad, los gemidos por mi parte se hicieron presentes al sentir el roce de su miembro contra mi punto más sensible.

Mis caderas se movieron en busca de más...hasta que mi espalda se arqueó al sentir cómo el chico de cabellera púrpura entró en mí, mis uñas se aferraron a los brazos que me abrazaban con fuerza, el ambiente era netamente el sonido de nuestros cuerpos chocando; inundando la casa de ruidos lascivos, Mitsuya tomó de mis caderas para guiarlas a un ritmo no tan lento y moría cada vez que este chico apretaba mi trasero haciendo de las embestidas más profundas.

Takashi aumento sus estocadas en dónde mis pechos se movían al ritmo de estas dándole una vista realmente satisfactoria al chico frente a mí; lo podía ver en sus ojos, sentí como mi abdomen empezó a contraerse indicando que ya estaba cerca y fue ahí cuando llegamos a ése punto en el que nuestros cuerpos cayeron al sofá exhaustos, nuestra respiración era bastante agitada y el cansancio de ambos era evidente, me acomodé en su pecho y cerré mis ojos mientras Takashi me hacía cariño en la espalda....podía escuchar como el corazón de mi chico latía con fuerza.

Perdí la noción del tiempo y cuando abrí mis ojos era la única que me encontraba en el sofá, al parecer me había dormido, eché un vistazo a mi al rededor encontrándome con una mantita que cubría mi piel desnuda, levanté la vista y ví al chico de cabellera púrpura, estaba solo en pantalones, con sus lentes y un lápiz detrás de su oreja, tomando una tasa de café mientras miraba el vestido ya terminado en el maniquí; en que momento lo termino?? Me envolví en la mantita y me acerqué a él.

-Oh, despertaste- habló pasando su brazo por mis hombros.-Mira, terminé el vestido ¿Te gusta?- preguntó con una gran sonrisa mientras mirábamos el vestido.

-Takashi, está hermoso- respondí, el vestido era sacado como de un verdadero cuento de hadas y princesas.

Estábamos en éso, admirando el bello trabajo de el pelipurpura cuando alguien golpeó a la puerta, Mitsuya fue a la entrada y la abrió.-Taki, por qué no respondes los mensajes- dijo una voz chillona entrando a la casa.-Queria recordarte que.....- era la niñera, y se detuvo a mitad de la sala observando toda la ropa que yacía en el suelo.-No estás solo??

-Hola- hablé serena con una sonrisa apoyándome en el marco de la puerta, viendo como el rostro de la chica frente a mí cambiaba por completo.

-Ah, bueno....solo venía a recordarte que mañana voy a cuidar a tus hermanas, Taki- habló ignorando mi saludo.-Como no contestabas los mensajes me preocupé- dijo mientras le hacía cariño en el cabello.

-No podía responderte, estaba algo ocupado- habló el pelipurpura con su sonrisa mientras se quitaba las manos que le tocaban el cabello.-Y gracias otra vez por poder cuidar a mis hermanas, Jin.

-Sabes que no hay ningún problema, me llevo muy bien con ellas y creo que me aman mucho- dijo dandome una mirada como de superioridad.-Como sea, nos vemos mañana, Taki- habló despidiéndose en su tono chillón mientras le daba un beso en la mejilla a Takashi.-Adios linda, olvidé tu nombre- dijo con una "sonrisa" en su rostro.

-Mei, su nombre es Mei- dijo Takashi abriéndole la puerta.

-Ah, si...adiós- la chica me dió una última mirada y se fué de la casa, el pelipurpura cerró la puerta y me miró.

-Taki~ nos vemos mañana,Taki- hablé divertida imitando a la chica mientras me debaja caer en los brazos de el chico pelipurpura.

-No me llames así- dijo entre risas pasando sus manos por debajo de la mantita que cubría mi cuerpo.-Deberías vestirte, tenemos que ir a la casa de los sano- habló dandome pequeños besos en el rostro.

Le hice caso a mi chico y mientras el ordenaba un poco la sala, yo me tomaba un baño para luego ponerme algo de ropa, estaba por terminar de vestirme cuando volvieron a golpear la puerta.-Hola a todo el mundo, ya llegué- era la voz del azabache entrando a la casa.

Salí del baño y ahí estaba, Baji y Chifuyu.-Baji, por qué tienes un gato en el bolsillo- preguntó el pelipurpura, miré en el bolsillo de mi amigo y efectivamente, había un gatito.

-No podía dejarlo solo en casa, soy su mamá- respondió mientras encendía un cigarrillo.

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𝑨𝒗𝒆𝒏𝒕𝒖𝒓𝒂𝒔 𝒆𝒏 𝑻𝒐𝒌𝒚𝒐 || 𝑻𝒂𝒌𝒂𝒔𝒉𝒊 𝑴𝒊𝒕𝒔𝒖𝒚𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora