III. Daydreaming [Chaennie]

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DESPUES DE MIL AÑOS... FINALMENTE... </3 PERDÓN!!  Y BUENO... ANTES DE LEER ESTO, LEANSE LOS ANTERIORES POR QUE YA HA PASADO MUCHO ;___;  

GRACIAS POR LEER <3

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—Me marcharé algunas horas —dijo Jisoo, provocando que intercambiáramos unas miradas —. Recuerden que yo duermo en este lugar, y que no es un maldito hotel.

Se escuchó un «unnie», como reproche de una Jennie avergonzada, hacia una Jisoo con una sonrisa divertida.

Su expresión cambió cuando me miró. Sus ojos entrecerrados me lo dijeron todo: era algún tipo de amenaza implícita.

Ella se retiró a pasos firmes por el pasillo, y yo devolví mi vista hacia Jennie, quien no decía nada. Su boca que estaba levemente abierta, parecía querer comenzar una conversación que simplemente no salía, y que nos mantenía a ambas en una extraña y tibia incertidumbre.

Me vi a mi misma cruzando el umbral de esa puerta, tomando su rostro en mis manos, estampando un beso en aquellos hermosos labios, que me invitaban a devolverle el gesto que había tenido conmigo aquella noche en el hotel.

Un carraspeo llamó mi atención: Jennie ahora estaba un poco más cerca, casi cerca del pomo de la puerta, haciendo un gesto para que entrara de una vez al hogar de su mejor amiga.

El lugar estaba iluminado tenuemente; la decoración era sobria y refinada, lo justo y necesario para hacer de ese lugar algo cómodo y agradable.

Todo ese lugar gritaba el nombre de Kim Jisoo. Su presencia, sin que ella estuviese, era tan fuerte que fue inevitable sentir como si pudiera observar cada uno de mis pasos dentro de aquel departamento.

Estaba comenzando a sentirme silenciosamente juzgada por aquella mujer que no estaba.

Cuando fijé mi vista en Jennie, a un paso de mí, ella me observaba como si yo fuese lo más interesante del mundo.

Por un momento olvidé toda mi incomodidad y me centré únicamente en la sonrisa tímida que me ofrecía.

—¿Quieres que te traiga algo? ¿Café, té o un vaso de agua? —preguntó casi en automático.

Al parecer yo no era la única con los nervios a flor de piel.

—Solo quiero hablar contigo —dije, con una actitud decidida que no sabía de dónde había salido —. Perdón... —comencé a murmurar. Carraspeé levemente, retomando la compostura — Perdón por no contestar tus llamadas.

—Está bien —dijo —. No es necesario que te disculpes por eso.

—Sí, lo es —dije, frunciendo el ceño —. Te ignoré adrede, y eso no está bien.

Me acerqué a ella dando el paso que faltaba. Ella no hizo el intento de alejarse, y aproveché de rodear su cuerpo con mis brazos. Su cabeza se acomodó en mi pecho después de pasar de la rigidez al relajo. La escuché suspirar, para después quedarse de esa misma forma por unos minutos más.

Desde arriba, aproveché de mirar uno de los costados de su cuello. Las marcas solo se notaban parcialmente.

Dejé salir todo el aire que estaba reteniendo en mis pulmones.

Sentía tanto alivio por ella y que el recordatorio físico de lo sucedido se estuviera borrando.

—Perdón por haberme comportado como una idiota. No quería gritarte, ni lanzarte lo que me regalaste —dijo Jennie, logrando que su aliento caliente diera en aquel lugar bajo mi clavícula.

~ El libro de Rosé ~ (CHAENNIE/CHAESOO/ROZY-SUSÉ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora