Viernes 9 de junio de 1999: cinco meses de embarazo
I
Sus EXTASIS iban y venían, y en un giro de los eventos que nadie más que Hermione había anticipado, los sobrevivieron. Draco incluso pensó que lo había hecho bastante bien considerando todas las cosas, aunque estaba contento de dejar de preocuparse por eso hasta que obtuvieran sus resultados durante el verano.
Su cumpleaños también llegó el lunes antes de la graduación, y mientras Draco complacía a Pansy con su compañía durante el día, pasó la mayor parte de la noche con Harry, Ron y Hermione. Se sentaron afuera cerca del lago y cenaron y rieron y hablaron y se sintió tonto, cursi y maravilloso besuquear a Harry a la luz de la luna con el sonido de Ron y Hermione charlando cerca.
Unos días antes del comienzo, le envió a su madre una lechuza para hacerle saber que necesitaba hablar con ella sobre algo importante, y el día de la ceremonia, cuando se le permitió ir a Hogwarts con una escolta Auror, él y Harry se prepararon, para dar la noticia. Tomó la mano de Harry cuando fueron a la oficina de Slughorn temprano esa mañana, y evitar pensar en mil situaciones imaginariamente horribles diferentes fue tan infructuoso como tratar de mantener agua en sus manos. La presencia de Harry lo hizo más fácil, pero al final se redujo a él, a su madre y a su vientre (todavía levemente) hinchado.
-¿Quieres que entre contigo ahora o quieres estar a solas con ella primero?- preguntó Harry. Estaban parados frente a la puerta de la oficina, Draco la miraba como un obstáculo insuperable y apretaba la mano de Harry con tanta fuerza que era muy probable que los huesos se magullaran. Harry siendo Harry lo permitió sin quejarse.
-No lo sé- dijo Draco con sinceridad. Su mano libre fue a su vientre, y eso le proporcionó algo de consuelo. No sabía si era un niño o una niña o algún tipo de forma de vida extraterrestre allí, pero sí sabía que lo amaba mucho, y que tan aterrador como esto sentía que tenía que valer la pena. Durante cinco meses había estado compartiendo su vida y su cuerpo con esta persona dentro de él. Eso significó algo. Eso significaba todo.
-Nada malo va a pasar, Draco- dijo Harry, y Draco salió de su aturdimiento para mirarlo, su rostro serio y ojos amables.
-Lo sé-
-Ella manejó lo del maleficio- dijo -ella también puede manejar esto. Ella te ama-
-Lo sé- dijo Draco de nuevo.
-Esto ni siquiera es una posibilidad, pero si sucediera lo peor del mundo, si ella no pudiera manejar esto y se fuera- dijo, mirando intensamente a los ojos de Draco -aún te amaría y aún lo haría. amo a este bebé y siempre, siempre me tendrás-
Draco, con la emoción apretando su garganta y las lágrimas picando sus ojos, buscó cualquier signo de incertidumbre o vacilación en el rostro de Harry y no vio ninguno. Lo decía en serio, decía en serio cada palabra, hasta lo profundo de su corazón sangrante. El cerebro de Draco trató de recordarle por millonésima vez que esa promesa no se podía hacer hasta que regresara a su antiguo cuerpo, pero su corazón no lo oiría. En este momento, le creyó a Harry por completo.
-Está bien- dijo Draco en voz baja.
-¿Okey?-
-Sí- dijo Draco con una risa hueca -lo entiendo, Potter- se puso de puntillas y lo besó, una mano subió para rozar sus dedos por la mejilla de Harry -gracias-
-¿Lo haremos juntos, entonces?-
-Sí- dijo Draco -eso creo. Es... es tuyo también, después de todo-
La expresión de dichoso orgullo en el rostro de Harry nunca dejó de sentirse surrealista.
II
