Ichiro ⁸

999 75 78
                                    

Saburo venía sollozando, y Jiro lo abrazaba y reconfortaba a la vez con su mano. Venían acompañados de él doctor Jakurai.

En cuanto estuvieron frente a mi, Saburo se abalanzó sobre para abrazarme; llorando a la vez más fuerte.

—Nii-chan se ve muy mal. ______, no quiero que le pase nada...

—Tranquilo, Sabu.— comencé a acariciar su cabeza; me fue inevitable dejar escapar una lágrima.

—Eh... ¿______-san?— volteé a ver al doctor, que fue quien me habló —Ichiro-kun te quiere ver.

—Ah... gracias, sensei.— él me dedicó una sonrisa tranquila y regresó por donde vino.

Solté a Saburo y me levanté de mi lugar; acerqué a Jiro con nosotros y les di un abrazo a ambos. Fue la primera vez que escuché un sollozo de parte de Jiro.

—Todo va a estar bien, chicos. No se preocupen.— los solté. —En mi bolsa hay dinero, vayan a comprar para que coman, ¿si? No hay que preocupar a Ichiro por que no coman. Ahora los veo.

Me dirigí hacia el pasillo que me llevaba a la habitación de Ichiro. Un par de puertas después, encontré la que buscaba.

—Hola— escuché su débil voz saludarme y me acerqué hasta su cama para sentarme en esta.

—¿Cómo te sientes?

—Te amo— dijo con dificultad.

Eso me rompió.

—Eso lo sé.— respondí con un hilo de voz a la vez que una lágrima se resbalaba por mi mejilla.

—¿Puedo encargarte a los chicos?

—Ya me estoy haciendo cargo de ellos, no tienes porqué preocuparte.

—No los dejes solos, ¿si?

—Ichiro, no hables así, por favor. Suena a que te estas despidiendo.— y ahora si, las lagrimas salían a montones.

—Soy todo lo que tienen, ______. Por favor, cuida ellos, por mi.

—Ichiro...

—¿Puedes besarme por últ...?— me acerqué a unir nuestros labios.

Tenia la esperanza de que todo saliera bien, que él se recuperaría y que seriamos felices, así como siempre lo planeamos... pero, simplemente la maquinita de la habitación, dejó de sonar.

    

(...)

—¿Dónde estaban jovencitos?— dije en mi modo enojada al ver a Jiro y Saburo entrar por la puerta.

Ambos dieron un brinco de sorpresa por mi bienvenida y se pusieron nerviosos.

—Eh... bueno... fuimos...

—Fuimos a la Yorozuya. Tuvimos un pedido que cumplir.

—¿Y por qué no me avisaron?

—Lo sentimos, ______.

—Saben que deben avisarme a donde quiera que vayan. Si ustedes... chicos, saben que le prometí a Ichiro cuidarlos, por favor, no quiero que les pase nada.— los dos se acercaron y me abrazaron.

IKEBUKURO DIVISION | ONE SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora