—¡Estoy arto!
—¿Que pasa?
—¡Deja de fingir que me amas!
—¿De que hablas?
—¡Se que es mentira! ¡Todo esté tiempo has pretendido que me amas!
—Obito, mis sentimientos hacia ti son genuinos, no necesito pretender que te amo, pues yo realmente te amo
