Capítulo 24: Inesperado

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Un paso a la vez, así se sentían en ese momento, cada vez que avanzaban volvían un paso atrás, sus enemigos se burlaban de ellos. Las gorgonas reían mientras se arrastraban entre los cuerpos de Uranus y Júpiter, ambas fueron convertidas en piedra durante la batalla. Arger estaba cansado de luchar y entre cada golpe una nueva bestia aparecía, según palabras de Seiya se reproducían igual que una mosca, la mayoría de la Sailor habían sido derrotadas, Mars apenas podía mantenerse en pie, su energía disminuía, Mercury casi sin vida trataba de recuperarse en el centro de control junto a Plut. Sailor Cosmos aún no poseía su máxima capacidad de poder, pero de igual forma debía luchar, débil o fuerte su misión era defender la galaxia. Seiya observó con orgullo el coraje de la mujer que amaba, su determinación en cada ataque que realizaba buscando destruir a su enemigo.

El sonido incesante de una campana obligó a las gorgonas hacerse a un lado, una oleada de rayos negros atravesó el camino que habían creado destruyéndolas sin piedad. Diamante estaba cansado de que sus marionetas estuviesen estancadas en lo mismo, de que nadie pudiese acabar con Sailor Cosmos y sus aliados, por ese tipo de razones prefería hacer las cosas él mismo, si fallaba sería por su causa no por culpa de otros, de esa forma no sentiría tanta rabia, sin embargo, estaba más que seguro que tendría la victoria.

– Protegieron a los habitantes del planeta, fue muy inteligente. – Seiya se interpuso entre Serena y Diamante, Arger solo observaba desde una distancia prudente. - ¿Siempre la protegerás?

– Con mi vida de ser necesario. – El moreno levanto la mano apuntándolo, una esfera de energía se creo en ella, Seiya la uso para atacar al príncipe, un ataque tras otro. – Ya ríndete Diamante.

– ¿Por qué haces esto? – La pregunta de Serena hizo sonreír al príncipe, sin embargo, este dio un paso mas hacia ellos, la princesa observaba como él solo la mirada, el odio en su mirar era diferente al pasado, ¿Qué pudo pasar para que se diera ese cambio? - ¿Dónde está Zafiro?

Arger no se había detenido a preguntarse por el hermano menor del príncipe, ahora que lo pensaba la pregunta de Serena no estaba fuera de lugar. Seiya no había escuchado aquel nombre, no lo recordaba, a su mente solo venían las imágenes de las gorgonas, algunos hombres de aspecto repugnante que servían al príncipe en la dimensión oscura. La sonrisa del príncipe se hizo más grande, aquello no era algo que esperaban, Diamante llevo sus manos a su rostro, comenzó arrancar la piel de su cara arrastrando de paso sus cabellos color plata, un jadeo de sorpresa por parte de Cosmos no se hizo esperar, la persona ante ellos no era el príncipe Diamante, fue en ese momento que pudo entenderlo, Diamante nunca seria capaz de hacerle daño, pero Zafiro siempre la odio.

– La magia es divertida, pero es mucho mejor hacer las cosas siendo tú, ¿No lo crees princesa? – Seiya desenvaino su espada, se aferro a ella mirando con frialdad al príncipe. – Ya te maté una vez, puedo hacerlo de nuevo.

– Entonces no fueron las Sailor, fuiste tú. – Arger deseaba intervenir, pero no podía hacerlo como deseaba, debía dejar que todo siguiera su cuerpo, únicamente podía ayudar cuando fuese necesario. – Bombón, quédate aquí.

No le dio tiempo a responder, se aparto de un salto para atacar a Zafiro, este respondió su ataque contrarrestando con una espada, ambos se miraban con frialdad, Seiya retrocedió blandiendo su espada una vez más contra él, Zafiro no deseaba perder el tiempo necesitaba obtener el cristal de plata y destruir a Sailor Cosmos en el pasado antes de que su futuro se cumpliera, quería que su gente por fin tuviese una oportunidad de vivir en un lugar de paz no en las sombras de un paramo muerto como era el planeta Némesis.

– ¡Curación Cósmica! – El príncipe retrocedió al ver el potente ataque de la guardiana, le brillo estelar comenzó a caer sobre cada lugar corrupto por su magia oscura regresándolo a su forma, las gorgonas muertas volvían a ser pequeñas serpientes que en un momento sirvieron de peones en su juego. Arger se sintió preso al no poder hacer un movimiento, recordó a su prometida una vez y sin pensarlo se lanzo en ayuda de Seiya sorprendiendo al príncipe de Blackmoon, no esperaba que él dejara todo de lado para ayudar a personas que no tenían nada que ver con su propio mundo.

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