Capítulo 17: Diferencias

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Templo Hikawa

Volvió a comer otro trozo de pastel, tenía más de dos semanas sin comer algo dulce o si quiera una malteada de chocolate de esas que Sailor Jupiter solía hacerle a su hermana, el motivo era que su prometida tenía miedo engordará y el traje de novio no le sirviera, aunque debía preocuparse ella por su peso y no él, pero si trataba de llevarle la contraria Selene enfurecía y acabaría recibiendo mil y un sermones de parte de su hermana menor, el hecho de que sea la reina siempre le hacía respetarla pero más que nada por miedo, pues Serena daba algo de miedo cuando quería. Ese motivo lo había llevado a una línea de tiempo fuera de la suya, su padre antes de morir les había advertido sobre los viajes en el tiempo y sello las puertas, pero nunca llegó a pensar que algo volvería a estremecerlas, sin embargo despues de unos año y  de no pasar algo semejante volvió a sentir como se estremecían debido a un ataque en alguna línea temporal, fue eso lo que cambió todo dejando de lado la orden de su padre. Después de dos días reunido con Seiya, Artemisa y Serena no le quedó una opción diferente que tomar una decisión en contra de todo lo que Chronos exigió antes de morir, debía viajar a un lugar que era completamente distinto a su mundo, tanto en pasado como presente y posiblemente futuro. En el mundo dónde estaba no había nacido nunca en el pasado, su madre no se casó y su hermana nació del deseo de la reina de tener descendencia, un deseo que el guardian Cosmos cumplió. Pero lo que más le impacto fue saber que el enemigo era Seiya Kou, quién en su mundo era su amigo y futuro suegro, todo eso lo había tomado con la guardia baja cuando investigó el lugar al que iría.

- Ustedes son más desconfiadas que las Sailor de mi mundo. - Observo de reojo a Michiru, podía ver en ella el brillo de una nueva estrella. - Espero seas muy tolerante, tu bebé será enérgico.

- ¿Qué? ¿Cómo lo sabes? - Le guiñó un ojo ganándose una mirada amenazadora de parte de Haruka.

- Deja de tontear, dinos que quieres y quién eres. - La exigencia de Setsuna no le extraño, la guardiana estaba ansiosa, era la primera vez que escuchaba de otras líneas temporales independientes unas de otras.

- Vengo de la línea original, ustedes vendrían siendo una posibilidad en el tiempo, una posibilidad posible. - Tomo otro panecillo comiéndolo de un solo bocado. Rei estaba a punto de estallar en risas, pues verlo le recordaba a Serena. - Verán en nuestro tiempo tenemos una paz que nos costo muchas lágrimas, perdimos muchas cosas en el proceso y todo por culpa de la mocosa que tienen durmiendo en una de las habitaciones.

- ¿Hablas de Rini? - Mina miro a sus compañeras, todas se sentían igual de confundidas.

- Sí, en mi hogar ella fue una aberración del tiempo creada por Sailor Plut, digamos que fue más que la hija de mi hermana y Endimion, Rini...- Plut golpeó la mesa llamando su atención. - ¿Qué?

- ¿Por qué dices esas cosas? Alteraras el futuro, además yo nunca apoyaría a Caos. - Un suspiro escapó de sus labios, aquellas guardianas eran tan cerradas como el caparazón de una tortuga, en ese momento comenzó apreciar más a las amigas de su hermana menor.

- ¿No lo has entendido? - Nadie respondió. - Lo que haga aquí no afectará mi línea de tiempo, ustedes no afectarán en nada, si coloco un alfiler acá, allá nada sucederá. Vine ayudar porque mi deber es erradicar los errores del tiempo o él vendrá una vez más...

— ¿Él? ¿Quién es él? — Sonrió levemente ante la pregunta de Amy, a su mente vinieron recuerdos de charlas con su padre sobre aquel titán que se había autoproclamado un Dios y al final desapareció dejando en su lugar a su padre como nuevo regente que dominaba el tiempo.

— El origen del tiempo, pero como sea no vine por eso. — La mirada de Arger se poso en Serena, la rubia se mantenía cabizbaja, no deseaba enfrentar la mirada de nadie pues le recordarían nuevamente lo imprudente que había sido al escapar y tratar de ir con aquel ser que pensó era su amado Seiya. Una lágrima resbaló por su mejilla siendo notada por el peliplata. Arger se inclino tomando su mentón con su mano izquierda, con sus dedos limpio aquella lágrima traicionera que nadie más había notado.

SnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora