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Era el comienzo de una lindo día de septiembre, el sol brillaba entre las nubes grandes y blancas en el cielo que hacían en día aún más brillante y luminoso.

Namjoon se levantó de su cama dispuesto a prepararse para asistir al instituto, ese día se sentía feliz, era su cumpleaños, un día que disfrutaba mucho, sus dos madres con él y claro que Yoongi también estaba junto a él, jugaban un rato y después miraban películas, pareciera un día cualquiera pero realmente el pálido se empeñaba en hacerlo sentir bien.

Caminó hacia el baño y comenzó a arreglarse, ese día quería verse bonito, se puso un poco de perfume, hidrato sus labios y se puso la pulsera que Yoongi le había regalado cinco cumpleaños atrás.

Fue hacia la cocina donde sus dos madres esperaban por él con un desayuno elaborado y lleno de colores. Namjoon sonrió ante aquella vista, dejando de lado los vestuarios color pastel que las dos mayores llevaban a pesar de que no disfrutaban de usar aquellos colores.

- Este año la temática es colores pastel. - sonrío la Omega para acercarse a su hijo y abrazarlo. - Feliz cumpleaños. - lo atrajo a su cuerpo y lo acurrucó entre sus brazos, mientras susurraba en su oído lo mucho que lo quería.

El menor sonrió y se alejó para después ser abrazado por su otra madre que lo acurrucó de la misma forma.

- Ven, tienes que desayunar. - se acercó a la mesa para tomar sentarse en una de sus sillas.

- ¿Le has dicho a Yoongi la temática de este año?- preguntó Namjoon curioso. Nunca había visto a su amigo con ese tipo de colores.

- Si. Al principio se negó y dijo que teníamos que cambiar la temática, pero terminó por aceptar. - dijo la mayor tomando asiento junto a su esposa.

El desayuno transcurrió con normalidad, conversaciones cortas sobre sus días y lo que harían, incluso alguno que otro chisme salía de sus labios.

En el camino a la escuela Namjoon pudo notar que las nubes blancas fueron remplazadas por nubes grises y pesadas, además de que el viento comenzó a asotar con fuerza, anunciando que pronto comenzaría a llover. No se desánimo por eso ya que era algo muy común en su cumples y amaba la lluvia, la ciudad necesitaba limpiarse de la contaminación.

Apuró su paso hasta llegar al instituto, fue a paso rápido hacia su salón, ya que faltaba poco para que sus clases comenzaran. Llegó y fue a su banco para esperar a que el maestro llegara.

No esperaba que alguno de sus compañeros lo felicitara, ya que el único que lo hacía era Yoongi, pero ahora que no estaba aquí sería un cumpleaños diferente.

Las gotas de lluvia se dejaron ver sobre el vidrio de la ventana, presentando una de las primeras lluvias de septiembre. Rápidamente la lluvia comenzó a ser más fuerte y a golpear más y con más fuerza sobre la ventana. El maestro llegó y Namjoon concentró sus atención en él.

Las clases y su hora de comida pasaron más rápido de lo que esperaba, algo que agradecía pues la ilusión y la emoción estaba presente en él, quería llegar a su casa y divertirse, además de que el día siguiente era sábado, más feliz no podía ser.

Salió del aula y comenzó a caminar hacia la salida, para su suerte, cargaba con un paraguas que lo protegería. Lo sacó y cuando estuvo por abrirlo, escuchó que alguien lo llamaba.

- ¡Namjoon!- el mencionado volteó a ver de quien e trataba, topandose con el rostro de uno de sus compañeros. - caminas muy rápido...- dijo recuperando el aire perdido.

- Lo siento, tengo piernas largas...- rió. No sabía bien que es lo que necesitaba pero se quedó a escucharlo.

- me enteré de que cumplas años.

Esas palabras tomaron por sorpresa al moreno pero asintió con su cabeza con algo de duda.

- Los del grupo te queremos dar un regalo... Hemos sido algo rudos todo esté tiempo por lo que queremos disculparnos.

Su corazón latía con rapidez de la emoción al escuchar aquellas palabras, tal vez sería buenas idea invitarlos a comer, sabía que a sus madres y a Yoongi no les caería muy bien la noticia pero lo terminarían por aceptar.

- Están por aquel árbol.- Vio a algunos de sus compañeros por aquel lado, cercas de un árbol. La lluvia se había detenido un poco por lo que decidió no abrir su paraguas. - Vamos. - comenzó a ciamr hacia ellos.

Namjoon lo siguió lleno de nervios, sería la primera vez que hablaba bien con ellos.

Llegaron y Kim de inmediato sintió que algo no andaba bien, sentía que debía alejarse lo más pronto posible de ellos. Se quedó parado en su lugar sin querer avanzar más, pero una mano lo jaló bruscamente.

- Feliz cumpleaños Namjoon. - dijo quien lo jaló para después lanzarlo a un charco de lodo.

Su cuerpo callo de pecho directamente a la espesa mezcla de tierra y agua, logrando que su cuerpo, uniforme y rostro quedará lleno de lodo.

- Ahora si pareces un marranito. - rieron con cinismo, las personas que veían.

Aguantando sus enormes ganas de romperse en llanto, Kim intentó ponerse de pie pero sintió como alguien le pegaba en la cadera haciendo que volviera a caer.

Su cuerpo dolía, el nudo que comenzaba a formarse en su garganta dolía, su corazón dolía mucho, se sentía destrozado, no podía controlar tanto dolor que sus lágrimas comenzaron a salir.

Todo se torno borroso a su alrededor, solo quería salir de ahí, quería irse pero sus piernas no se lo permitían, se sentía tan débil. Nunca había llegado a odiarse tanto.

Sus manos contra el lodo, temblando, era lo único que sus ojos le permitían ver, hasta que sintió como alguien lo atraía hacia si, abrazándolo con fuerza.

- Nos iremos, te sacaré.

Reconoció la voz de su amigo. Se aferró a él con fuerza. Intentó ponerse de pie, ya no quería pasar más vergüenzas y sabía que Min no podría cargarlo, pero no tenían fuerzas para hacerlo, se sentía tan humillado que ni siquiera era capaz de levantar su rostro.

De pronto sintió que alguien lo cargaba, pero sabía que no era Yoongi, su aroma se lo decía, era un alfa.







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Una disculpa por los errores y muchas gracias por leer 💞💞💞💞

No Es Un Cuento De Hadas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora