13

471 75 29
                                    

Horrible. No había otra palabra con la que Namjoon se sintiera identificado más que con esas ocho letras que formaban un significado tan pesado que tanto tiempo había intentado evitar, pero cada vez que miraba su reflejo en el espejo entendía a sus compañeros y porque utilizaban esa palabra en él.

Durante tanto tiempo quiso, intentó, poder encajar en los estándares que lo sociedad había puesto, porque era cierto; era mucho mejor ver un rostro limpio, sin un grano, era mejor ver la ropa en un cuerpo delgado que uno gordo, la ropa se lucía mejor, o eso decían las personas.

Su rostro sucio, la única parte limpia eran sus mejillas, porque sus lágrimas se habían encargado de limpiarlas. Su ropa repleta de lodo al igual que su cuerpo. Su labios temblaban en el intento de no romperse en llanto y es que no quería demostrar lo mucho que eso le había afectado. Realmente estaba dándolo todo para que su brillo siguiera ahí, pero ya no aguantaba, estaba agotado.

Su cuerpo cayó al suelo sin fuerza alguna, su garganta ardía, ese nudo que sentía en su garganta cada vez se hacía más pesado. Ni siquiera tenía fuerza para sacar su dolor con llanto. Pronto una arcada vino y devolvió todo lo que había comido.

Escuchó como la puerta se abría con un poco de brusquedad, sabía quién era y no quería que lo viera así, intentó ocultarse pero no pudo hacerlo porque otra arcada vino a él.

Sintió palmaditas en su espalda, haciendole saber que estaba con él.

- Está bien Namjoon, sueltalo todo, no te juzgaré.

Yoongi miró de reojo el vómito y pudo ver lodo en el. Había tragado lodo cuando lo empujaron al charco.

- ¿Que les hice Yoon? ¿Qué les hice?.- sus labios temblorinos, su rostro sucio y su ojos llorosos, rompían el corazón de el mayor, se sentía como si una prensa aplastara su corazón.

- No has hecho nada, nada es tu culpa...- lo atrajo lentamente a sus brazos.- prometo que no te volverán a tocar nunca más.

[...]

- ¿Puedo saber a dónde vas?

Min ignoraba al más alto mientras continuaba su camino con la mirada fija al frente. Sus nudillos comenzaban a tornarse blancos de la fuerza que hacía y es que no podía evitar seguir estando furioso. Había paso un día y el no podía sacar aquella imagen de su Namjoonie tan frágil y dañado, lo había visto triste pero verlo de aquella forma lo destruyó y no iba a permitir que se salieran con la suya.

- Yoongi- volvió a escuchar su nombre y se detuvo de golpe.

- Okey, Jungkook.- volteó a verlo. - gracias por tu ayuda, enserio, pero porfavor no te metas, te he dicho que te lo pagaré.- dijo seriamente.

Yoongo no solía relacionarse con otras personas y el hecho de que Jeon se la pasara pegado a él durante todo el transcurso de clases no le hacía sentir cómodo, menos por la cantidad de miradas sobre él.

- Tu sabes que no busco alguna clase de recompensa, ayer te lo dije. Solo quiero conocerte más...

- Lo harás. ¿Contento?- sonrió con falsedad. - ahora porfavor aléjate de mi que todas las miradas están enfocadas en ti y eso me roba privacidad si estas pegado a mi.

- ¿Que harás?- lo ignoró.

Min soltó un suspiro pesado y se tallo el rostro con frustración.

- No te incumbe.

- No creo que sea adecuado que tomes venganza. Son menores que tu, podrías meterte en problemas.

- ¿crees que eso me importa?

- ¿Que harás?

- les daré una prueba de su propio chocolate.- Jungkook se sintió intimidado por su mirada fría, pero a su lobo le gustó.

Tal parecía que su lobo no podía evitar enamorarse se su destinado.

- Ahora deja de molestar y ve a que te tomen fotos que no sea conmigo.

Dio una mirada rápida a uno de los árboles un poco alejados. Jungkook lo miró extrañado hasta que vio a un paparazzi escondido en uno de ellos.

Soltó un suspiro pesado y sabía que por más que deseara seguirlo, no podía hacerlo, por su bien y el de Yoongi, lo último que quería era incomodarlo.

Yoongi continuo su camino hasta su motocicleta, pensando en su primer víctima, porque claro que haría a todos y cada uno de los involucrados sufrir.

[...]

No podía hacerlo, no podía ponerse de pie, no tenía ganas de comer, no tenía ganas de pensar en algo, no tenía ganas de ver algún rayo de luz, simplemente quería dormir, pero los pensamientos lo abrumada tanto que comenzaban a doler su cabeza, sentía que el aire se le iba. Quería morir, era todo lo que quería.

Escuchó la puerta abrirse y por más que ni quisiera ver o escuchar a nadie no tenía fuerzas para decirlo, por lo que se mantuvo en silencio.

- Namjoonie...- escuchó la suave y dulce voz de su madre. - Cariño, tienes que comer... pronto se hará de noche y no has comido nada.- guardo silencio unos segundos y no obtuvo respuesta. Soltó un suspiro intentando ocultar su voz que comenzaban a quebrarse.- se que es difícil... Se que no es nada fácil vivir con las críticas de las demás personas, miran tu físico con asco, en un empleo no eres lo suficiente bueno para obtener el puesto, no porque no seas capaz de aprender, si no porque no eres bello... esa es una dura verdad que apesta, ¿no crees?.- Namjoon asintió ligeramente con su cabeza. - A mi me pasó lo mismo... durante años me hicieron la vida imposible por no ser como ellos...- soltó una risa irónica.

Namjoon destapó su rostro lentamente y miró a su madre a los ojos. Estaba llorando, nunca la había visto así de vulnerable y le rompía el corazón en mil pedazos verla de esa manera.

- Nunca les guste...

- Pero tu eres hermosa... - soltó en un pequeño susurro.

El consideraba que sus madres eran las personas más bellas y perfectas que existen en la tierra. No podía creer lo que su madre le decía.

- Lo soy, pero no como las personas esperan que alguien bello lo sea- sonrió. - y sabes que... esos chicos fueron crueles contigo porque saben que eres único, saben que los opacarias en cuestión de segundos.

- ¿Cómo podría yo opacarlos?

- Cree que eres bello y demuéstralo. Tu seguridad es la llave, Namjoon...- Se acercó lentamente y beso su frente.- te prepararé algo delicioso.- dijo y salió de la habitación.

Tal vez su madre tenía razón.

Extendió su brazo y abrió el cajón que estaba a un lado de su cama.

Sacó la hoja de inscripción al concurso y apretó sus labios.

Ya no tendría miedo y lo volvería a intentar, porque no dejaría que lo utilizarán de esa manera.


✨✨✨

Una disculpa por los errores y muchas gracias por leer💜


No Es Un Cuento De Hadas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora