Independencia

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Movió su cabeza de lado a lado para distender un poco su cuello mientras pensaba en los pendientes para esa semana. Era un hombre supremamente organizado y por eso mismo tenía una lista mental perfectamente priorizada sobre lo que tenía por hacer antes de irse a su viaje de luna de miel.

Lo primero era revisar que no había ninguna novedad con los vuelos o las reservaciones y que el clima del destino elegido seguía sin variaciones por lo cual su agenda no se modificaría. Lo segundo era que los invitados a la ceremonia habían confirmado la asistencia y en ese punto por algún motivo su cabeza se fue al hecho que Kiba había marcado la opción que asistiría con su esposa e hijo, por aquello de disponer el menú infantil para este.

No consideraba que un matrimonio fuera un lugar adecuado para asistir con un niño, pero dado el hecho que muchos en su círculo social ya eran casados y tenían hijos, con su prometida, y con la organizadora del evento decidieron dejar la opción abierta y que cada quien decidiera si los llevaba o no, tan solo esperaba que no hubiera llantos por doquier, lo que menos se le antojaba era una migraña en un día tan importante.

Le parecía curioso que entre lo de tener tantos conocidos con hijos estuviera precisamente el Inuzuka, no solo porque era menor que él como si eso implicara que no podía tener hijos antes, sino porque ese antes fuera tanto tiempo atrás. Ryuu, recordó que era el nombre, tenía casi 5 años lo que implicaba que el hombre lo había tenido a los 23. Él a esa edad no estaba pensando ni tenía en sus prioridades el tener hijos todavía, ahora sí lo tenía entre sus planes, pero en ese entonces no.

No conocía a la esposa del hombre, a su mente lo que acudía era la conversación que habían sostenido con Shino y Kankuro poco atrás, cuando el infante se había fracturado el brazo y lo había visto por primera vez, era una versión miniatura casi idéntica a su padre con excepción de los ojos que podía suponer eran el único rasgo de la madre.

~

Flashback

Después del grito del niño que los alertó a todos, la puerta de la oficina fue abierta y unos segundos después el Inuzuka había salido tras el infante.

- No recordaba a la esposa de Kiba — escuchó a Kankuro y solo entonces levantó la mirada para ver a través del vidrio a la castaña que tenía en brazos al niño — se ve más joven hoy — él no la había conocido hasta el momento, las pocas veces que había coincidido con el hombre en el club la mujer no estaba a su lado, la primera vez por lo que supo después estaba en el bar embriagándose por completo, la segunda fue algo sobre un resfriado no estaba seguro de quien, y la tercera la había visto de reojo pero antes que se saludaran ella se había ido corriendo porque Ryuu se había salido a la zona verde y estaba persiguiendo un pato.

- Es que es joven — dijo Shino encogiéndose de hombros

- ¿Cuántos años tiene? ¿25? ¿26? — él negó en su cabeza, eran menos años. El Aburame carraspeó incómodo

- Tenten cumplió los 23 en marzo, no suelen hacer celebraciones muy grandes en esa fecha — su ceja se enarcó de forma automática ante todo lo que implicaba ese simple número

- ¿Cuánto es que llevan casados? — sí, al parecer el Sabaku estaba haciendo exactamente las mismas cuentas que él — ¿no son 5 años o algo así?

- Sí... — por lo visto el Aburame hubiera preferido quedarse callado — nunca lo mencionen frente a Tsume o les arrancará la cabeza

- Había olvidado que se fugaron, aunque no lo culpo — su voz dejaba claro que estaba viendo de una forma no apropiada a la esposa de su colega. Él por su parte solo se fijó en la pareja que se había dado un beso y luego de eso el niño gritó emocionado a lo que la mujer de cabello castaño sonrió antes de volver a intercambiar un beso con el Inuzuka e irse.

IncertidumbreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora