Capìtulo 8

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Un mareo... Una sensación... difícil de describir, como si mi cuerpo estuviera cayendo en todas direcciones a la vez, como si todo mi organismo se expandiera y se contrajera al mismo tiempo.

Cuando abría los ojos solo había luz, luz que no se apagaba cuando los cerraba.

Aún con todas estas palabras, no podría describir nunca lo que sentí mientras brincaba entre líneas temporales aferrada al cuello de Thomas.
Es complicado decir si fueron segundos, minutos u horas, mi cuerpo se mantuvo al borde del colapso todo el tiempo que pasé en ese vórtice, era incluso como si el tiempo como lo conocemos no hubiera existido mientras estuve ahí. De pronto, escuché algo parecido a un trueno de tormenta eléctrica, potente, pero distante, y volví a sentir el efecto de la gravedad en mi, dejé caer mi cuerpo hacia atrás al mismo tiempo que soltaba un suspiro, estaba exhausta, era como si ese viaje me hubiera quitado todas las energías.
Tom puso su palma abierta en mi espalda, justo debajo de mi cuello, ayudándome a no caer de lleno en el piso, con mis manos intenté buscar su rostro, a pesar de los movimientos entorpecidos por mi condición, logré rozar con mis dedos sus mejillas y, aunque mi vista estaba nublada, alcancé a percibir como sus ojos lentamente regresaban a su bello color azul, la luz de su cuerpo se apagó también, y todo él simplemente volvió a verse más humano, más real.

-"*T/N*... ¿Estás bien?"

Me preguntó preocupado, al mismo tiempo que me acostaba lentamente sobre el piso.
Yo no pude responder, de hecho, no pude decir nada, las fuerzas escaparon de mi cuerpo y ambas manos cayeron a mis costados al mismo tiempo que me sumía en un profundo, profundo sueño.

Sonidos de agua corriendo, murmullos... pasos cercanos, pasos distantes, había alguien... algunos, hablando cerca de mí.
Abrí los ojos, estaba en una cama de paja, cubierta por una gruesa cobija de lana, y mi ropa... mi ropa era, tela, trozos de tela cubriéndome el cuerpo, con una correa de cuero ceñida a mi cintura... me froté los ojos, lentamente me incorporé en mi lugar y vi por la ventana carretas pasando, mujeres con vasijas cargadas al hombro... vistiendo... telas, igual que yo... no era ropa, eran, ¿turbantes? ¿Batas? No lo sé... pero no eran pantalones ni camisetas.
Y la habitación... estaba hecha de un material parecido al barro, era rojiza y las ventanas no tenían cristales, tampoco había piso firme, era tierra.
Miré a mi alrededor, dentro no había nadie más que yo y una pequeña mesa con una vasija llena de agua, no había puerta, un tejido parecido a un tapete separaba a este cuarto de la habitación contigua.
Meneé un poco la cabeza, confundida, no recordaba la gran cosa y aún tenía la sensación de que tenía que darme prisa para no llegar tarde al trabajo... estaba muy confundida.

Me volví a frotar los ojos y me detuve de golpe cuando pude identificar la voz de Thomas en la habitación de a lado, era su voz pero... ¿Qué era ese idioma que estaba hablando?

Me puse de pie tan rápido que me mareé, terminé golpeando la mesa con la cadera, regando el agua por todo el piso de tierra. Como pude llegué a la puerta y me sostuve al marco con una mano mientras que usaba la otra para hacer a un lado la cortina, mire al frente, y vi a Thomas sentado a la mesa con un par de señoras mayores, regordetas, ambas vestían ropas antiguas, muy antiguas, usaban sandalias de correas y cubrían sus cabezas con lo que parecían ser telas de algodón.
Thomas y las mujeres reían, pero detuvieron su conversación cuando me vieron parada en la puerta de la habitación.

-"¡Despertaste!"

Me dijo Thomas mientras se ponía de pie y caminaba hacia mí con una amplia sonrisa en el rostro.
Él tampoco vestía su camisa de botones, ni su traje... ahora llevaba un trozo de tela de color rojo intenso que le rodeaba la cintura hasta los tobillos sujetada por una gruesa correa de cuero, el torso desnudo, sandalias y en una de sus muñecas una pulsera de cobre, su cabello recogido con una cinta dorada.

Líneas y versos (Tom Hiddleston×T/N)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora