Dedicado a 0_1LAVIDABLANCA_0
La cálida tarde dejaba caer los últimos rayos de sol sobre la colina bajo el gran árbol. Tumbado en aquella colina, descansaba un hombre de pelo largo y plateado atado en un moño, vestido con una túnica larga y con unas orejas ampliadas. Por su frente caían apenas un mechón que se movía al son de sus ronquidos, tapando el punto rojo de su frente. Realmente se encontraba en paz.
Tras haber alcanzado la iluminación, aquel hombre anteriormente llamado Siddartha llevó a cabo un viaje para encontrar la verdadera felicidad, oponiéndose a todo lo que se hiciera llamar "destino" y alcanzando sus deseos y metas por si mismo. Había conseguido así un gran número de seguidores, embelesados por los ideales de aquella persona que iba contra todo lo que quisiera pararlo, ayudando a todo aquel que estuviera obligado a algo.
Sin embargo, también disfrutaba de aquellos momentos de relax donde podía simplemente dormir y olvidarse de todo. Aunque esta paz se vio perturbada por el rugido de su estómago, avisándole de que estaba vació. El hombre se levantó entonces y bajó por la colina hacia el pueblo cercano, buscando un lugar para comer y seguir su viaje. De repente, vio a unos muchachos bien vestidos y con algunas joyas en un lado de la calle, con aire petulante y altivo, notando rápidamente que eran gente adinerada. Tendido a sus pies, con los ojos suplicantes y las manos alzadas temblando de miedo, un pobre mendigo de aspecto esquelético y sucio lloraba asustado.
- ¿Cómo te atreves siquiera a dirigirnos la palabra, escoria?- Dijo uno de los chicos mientras empujaba con el pie al anciano, volviendo a tirarlo.
- por-por favor, perdónenme. T-tengo hambre, tengan piedad por favor.- El mendigo se encogió de miedo, cubriéndose la cabeza con las manos.
- ¡Pues muerte de una vez y no nos arruines el paisaje!- Otro de los muchachos lo golpeó en la cara con palo, hiriéndolo en un ojo.
Finalmente, El iluminado se hartó, y se dirigió hacia ellos con la intención de ayudar al mendigo, justo cuando un hombre se acercó por el otro lado de la calle. Aquel hombre vestía una túnica parecida a la del iluminado, aunque de color más claro. Su rostro era amable, con una barba corta y unos ojos marrones, del mismo color que su pelo, que le llegaba hasta los hombros. Se notaba que no era de allí. El hombre se acercó con paso calmado a los muchachos, sin un ápice de ira u hostilidad, y sin embargo los chicos notaron su presencia inmediatamente.
- Dejad a ese pobre hombre.- Dijo con una voz calmada y cálida.
Los muchachos se giraron para enfrentarlo, pero los tres se detuvieron en seco, aunque el atento espectador de aquella escena no entendía por qué. El rostro de aquel hombre no mostraba furia, oscuridad ni malicia, sino que más bien parecía estar pidiéndoselo por favor. Los muchachos no dijeron nada más, sino que simplemente se callaron, bajaron la mirada y se alejaron de allí como si se arrepintieran de lo que habían hecho. Entonces el hombre se acercó al pobre mendigo y se arrodilló para ver si se encontraba bien.
- Vaya, me has quitado la oportunidad de ser el héroe.- Dijo en tono de broma el iluminado mientras se acercaba a ambos.
- No soy un héroe, solo un hombre que quería ayudar.- Dijo el hombre mientras le miraba con una sonrisa amable.
Acto seguido, se giró nuevamente hacia el hombre, que estaba sangrando por uno de los ojos. Desde fuera, el ojo parecía irreparable, y aunque cerraran la herida, el ojo nunca podría volver a ver por él. Sin embargo, el extranjero puso una mano sobre el ojo del mendigo, cerró los ojos y esperó, ante la atenta mirada de su espectador. Tras unos segundos, el extranjero abrió los ojos y retiró la mano, mostrando una sonrisa amable al hombre.
- Muy bien, trata de abrir el ojo.- Dijo el extranjero.
Para sorpresa del mendigo y del iluminado, el hombre abrió el ojo, completamente sano y sin cicatriz. El hombre empezó entonces a llorar, mientras agradecía profusamente a su auxiliador. El extranjero respondió con una sonrisa y se levantó, dispuesto a seguir su camino, aunque notó que tenía un nuevo acompañante. Se giró y vio al hombre que le había hablado caminando a su lado, con total naturalidad.
ESTÁS LEYENDO
Shuumatsu no One shots (Pedidos cerrados)
SonstigesEsta será una serie de One shots. Algunos serán míos, pero se podrán hacer pedidos. Espero que os gusten. Toda la información está en el primer capitulo. No se permiten copias. Los personajes no son míos.