La razón detrás de todo

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One shot original

El día había terminado de forma tranquila y apacible. Brunhilde se encontraba sentada en una butaca cómoda, en uno de los balcones del edifico. Sus ojos se clavaban en la forma de las nubes mientras su cuerpo permanecía relajado y descansando. Habían tenido montones de misiones durante aquellas semanas, tanto ella como el resto de las valquirias, acompañando a sus Einjerhar a erradicar monstruos y semidioses rebeldes, porque claramente los dioses están demasiado ocupados como para que puedan arreglar sus propios problemas.

Brunhlide desvió la mirada del horizonte para introducir su mano en el cuello de su vestido, sacando de debajo de la tela una fina tira de cuero que sujetaba una piedra gastada, marcada con pequeñas runas. Un recuerdo de hacía muchos años, tan querido y guardado que había permanecido casi sin mácula desde el momento que lo recibió.

- Imaginé que estabas aquí.

El sobresalto casi la hizo arrancarse el colgante. En la puerta vio a su hermana Hirst, ataviada como siempre con su gabardina sobre los hombros. Caminó hasta la butaca libre y dejó la bandeja que traía sobre la mesilla, tomando una de las tazas.

- Por fin parece que tenemos un descanso. Tres semanas seguidas de misiones ya hacen que hasta Kojiro se queje de la espalda.

- Se te nota muy preocupada por él. Hace apenas unos meses nadie diría que hablarías así de un humano.

Hirst la miró enfadada y apartó el ceño fruncido, intentando disimular el rubor que había aparecido en sus mejillas.

- Solo lo digo porque es mi compañero.

- Si tu lo dices.

Brunhilde tomó un sorbo de su taza antes de volver a mirar el horizonte. Aquella reacción le resultaba familiar.

- Me sigue pareciendo increíble que hayamos creado este equipo. Sé que se supone que son un ejercito para ayudar a los dioses, pero si no se hiciera nada esos monstruos irían por la presa fácil. 

- No podía dejar que eso ocurriera.

Hirst miró a su hermana con ojos preocupados.

- Recuerdo que no siempre fuiste así.- Dijo Hirst mirando a su taza, haciendo que Brunhilde la mirara confundida.- Hubo un tiempo en el que la idea de intentar convencer a los dioses de crear un cuerpo de humanos para mostrar su utilidad y darles garantías de supervivencia habría hecho que te rieras a carcajadas. Pero cambiaste, y no entiendo por qué ¿En serio te importa tanto la unión que tenemos con esa raza?

Brunhilde bajó los ojos, evitando los de su hermana.

- Sabes que no lo hago por eso.

- Entonces ¿Por qué lo haces?

Brunhilde permaneció en silencio, reviviendo momentos que ella misma se había jurado jamas volver a recordar. La visión de las nubes sobre las montañas, el sonido del viento corriendo por la hierba y el olor de los abetos, todo mezclado con la imagen de aquella cabaña. Brunhilde trató de alejar aquellos recuerdos, pero la voz de su hermana la hizo caer más profundo en sus memorias.

- ¿Es por él?

Aquellas palabras fueron suficiente para hacerla revivir la razón detrás de todo.

~0~

Hacía calor, mucho calor. Podía sentir la falta de aire en sus pulmones, el olor a cenizas y humo a su alrededor, los músculos de su cuerpo entumecidos por la falta de movimiento. Sin embargo, sus ojos estaban envueltos en oscuridad, con los parpados cerrados como losas sobre sus ojos. No podía mover su cuerpo, ni siquiera para abrir la mano para soltar la espada que tenía entre estas, ni para hinchar su pecho para dejar entrar el aire en sus pulmones. No podía hacer nada.

Shuumatsu no One shots (Pedidos cerrados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora