Tal vez no son tan malos

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Para ixra_lx_txradx

Reuniones familiares.

¿A quién le gustan?

Te sientas a hablar con unas personas con las que no vas a volver o interactuar en sabe quien cuanto tiempo solo para aguantarles mientras cuentan batallitas y anécdotas que te importan más bien una mierda. Y si encima eran de los dioses, multiplícalo por la eternidad. Todos hablando de lo mismo sobre lo increíbles que son y como han logrado tal o cual cosa y de como la gente los adora tanto.

Un dios es capaz de cualquier cosa, no debería pavonearse como si fuera un logro. Un dios es una existencia perfecta, capaz de cualquier cosa y no necesita la admiración de otros.  Esta era la razón por la que Poseidon nunca había acudido a ninguna de esas tonterías, sobre todo a las colectivas. Si no podía con su familia, imaginate las de otros. Siempre se mantenía ausente con la misma excusa:

-Un dios que tiene que recordar a los demás sus logros no es un dios.-

Sin embargo, esta vez iba a ser diferente. Mientras se encontraba en sus aposentos, Poseidón leía la carta de invitación que su hermano Zeus le había. Toda pomposa y llena de florituras, como siempre le encantaba hacer. Como en todos los siglos anteriores, arrugó la hoja de papel y la tiró a la basura ¿Cuantas veces tenía que decir que no?. Se recostó en su silla soltando un suspiro de agotamiento. De repente, el sonido de la puerta abriéndose atrajo su atención. Timidamente y temblando de miedo, una de las sirvientas entró en la habitación sin levantar la mirada del suelo.

-Señor Poseidón, su hermano el señor Zeus desea que asista a la fiesta de este siglo.- Su voz sonaba temblorosa frente a la presencia del dios que todos temían.

-Creo que lo dejé bastante claro.- A medida que el dios se levantaba lentamente y se acercaba a la sirvienta, la presión en la habitación comenzó a crecer, como si un inmenso maremoto se acercara a la pobre chica- No. Voy. A ir.

Reuniendo el poco valor que le quedaba, la sirvienta dijo una ultima frase con la esperanza de que esta la salvara de la ira del dios.

-Esta fiesta traerá algunos invitados ajenos a los dioses, y el señor Zeus a ordenado que estéis presente.- Dijo temblando como una hoja.

Esto era sorprendente. Zeus siempre hacía cosas extrañas, pero esta se llevaba la palma. No sabía que tipo de invitado podía tener el honor de comer junto a los dioses. Todas las demás existencias no eran más que basura, pero podía haber alguna razón oculta detrás de todo esto. Aún mirando a la sirvienta, chasqueó la lengua y le dijo que se retirara, cosa que la chica hizo de forma apresurada, casi desmayándose al salir de la habitación. Poseidón se quedó dando vueltas a los posibles candidatos que podrían haber sido invitados a compartir la compañía de los seres supremos. Muy pocos podían ser dignos de esto. Sentía curiosidad, así que simplemente pasaría para ver que clase de personas eran.

~0~

Mi gozo en un pozo. Fue lo primero que pensó nada más descubrir quienes eran los invitados. Humanos, la simple escoria que gobernaban desde los cielos. El pensamiento de tener que compartir comida y tiempo con estas ratas le cerraba el estómago. ¿En qué estaba pensando ese idiota que tenía por hermano?

Echó un vistazo a los presentes mientras bebía un poco de néctar de su copa. Había cinco Einjerhar invitados en honor a los servicios que habían prestado a los dioses. Como si acabar con cuatro alimañas fuera la gran cosa. Un hombre alto con aspecto de incivilizado, la mancha de un fracaso en el honor de los dioses, un anciano que parecía no entender en presencia de quien estaba, un hombre oculto bajo un sombrero y una larga capa y un enorme bruto que ya se había metido en un pulso con el idiota de Shiva.

Shuumatsu no One shots (Pedidos cerrados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora