Al día siguiente me desperté a las seis cincuenta gracias a mi insistente sonido del despertador,me levanté como sonámbula y me dirigí al baño a dar la ducha,cuando estuvo a una temperatura perfecta,me metí bajo el chorro de agua.Me mantuve ahí por unos minutos sin moverme,luego eché shampoo en la palma de mi mano y comencé a masajear mi cuero cabelludo,llegó la hora de ponerme acondicionador y repetí mi acción,pero a diferencia de el procedimiento anterior,solo esparcí desde la mitad de mi cabello hasta las puntas.Después enjaboné mi cuerpo,lo exfolié y finalmente me quedé un minuto más debajo de la ducha.
El reloj ya marcaba las siete y cuarto,así que rápidamente tomé mi ropa y me vestí.Para este día había escogido prendas de ropa muy cómodas,ya que mi turno comenzaba a las ocho de la mañana y terminaba a las ocho de la noche,por lo que si o si tenía que buscar lo que más me acomodase para llevar puesto.Una vez terminé de vestirme,fui a la cocina a prepararme distintos snacks para poder comer a lo largo del día,no tenia muy claro si podría,pero mejor ser precavida.Cuando ya dieron las siete y media,tomé todas mis cosas y salí de mi departamento rumbo a la clínica,la cual quedaba a veinte minutos a pie,y como justo las tierras italianas me brindaban un buen clima,no me molestaba tener que caminar algunas cuadras.
Al llegar a la clínica,me dirigí al departamento de ortopedia y traumatología para poder ejercer mi labor.A penas llegué comencé a buscar al jefe para que me explicase más o menos lo que haría hoy,y que me pasara mi uniforme. Como no sabía a quien preguntarle,me dirigí al mesón donde se encontraban algunas secretarias e intenté hacerme entender.
-¿Jorge Fiore?-pregunté suponiendo que entenderían mi duda.
-Arriva tra un minuto, aspetta lì per favore-respondió una de las secretarías amablemente.
Supuse que lo que me quiso decir fue que llegaría en un minuto y que me sentara a esperar,así que obedecí y me senté en una de las sillas de espera que habían en el piso.
-¡Sofía Becker!-llegó gritando un hombre que supuse que era el jefe.
-¿Jorge Fiore?-me paré confundida ya que no estaba acostumbrada a ese tipo de recibimientos.
Tuve una pequeña charla con mi jefe en donde me explicó todo lo que haría hoy.Sería un día de "prueba",atendería pacientes ortopédicos y traumatológicos que llegasen a urgencias,así el podría verme,probar mis capacidades y conocimientos.Estaba un poco nerviosa ya que sería todo un desafío para mi,a pesar de que ya había trabajo en otros lugares,nunca en otro país.
A eso de las diez de la mañana llegó mi primera paciente,una niña de quince años,para mi buena suerte chilena,la cual había sufrido una fractura expuesta de grado uno,afortunadamente no requirió operación pero si atención inmediata,por lo que a penas llegó,corrí hacía ella para poder darle la atención que necesitaba.
-Ya Moira,estamos listas-le hablé cuando terminé de ponerle la ultima gasa.
-Me salvaste Sofi-me regaló una sonrisa.-Eri seca-
-Gracias,que linda-reí.-Más cuidado para la próxima-
-Eso haré-dijo mirando su teléfono.-Mi mamá ya viene-
-Bueno,entonces te dejo-le sonreí.-Llama a alguna enfermera en caso de cualquier cosa,¿Si?-
-Está bien.Gracias nuevamente-le sonreí y me alejé de su camilla para ir a chequear si es que alguien más necesitaba de mi ayuda.
-¡HEY!-gritó Jorge.-¡AQUÍ NECESITAMOS AYUDA!-miré en dirección hacia el y mi mirada chocó con la del chico tatuado que necesitaba de mi ayuda,rápidamente pude reconocer que se trataba de Erick Pulgar,un seleccionado nacional chileno.
-¿Que tenemos?-me acerqué rápidamente.
-No...no toques-se quejó este al ver que quise tocar su pierna.
-Fractura de grado cuatro-dijo desesperado mi jefe ya que sabía que tenía la carrera de una persona en sus manos.
-Necesita operación,ahora-ordené.-Llévenlo al quirófano tres que está desocupado,yo me lavaré por mientras-corrí.
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Fue una operación muy extensa,pero no tan complicada.Me encontraba esperando a que el Erick despertara de la anestesia para poder hacerle las típicas preguntas y poder revisar bien su pierna.
-¿Donde estoy?-dijo intentando moverse.
-No te muevas-tomé su mano.-Estás en la clínica,te fracturaste la pierna,¿Recuerdas?-
-Cagué-comenzó a llorar.-Cagué,cagué,cagué-se llevó ambas manos a la cabeza.
-No digas eso-lo miré con lastima.-Todo salió bien,solo necesitarás cuidados,chequeos y kinesiología-
-¿Cuanto tiempo llevará eso?-me miró con los ojos llorosos.
-Algunos meses,obviamente será un proceso más o menos largo-
-Por la chucha-dijo entre dientes.
-Tranquilo,Erick-intenté aliviar un poco la situación.
-Todo estará bien,ya verás--Lo dices porque a ti no te pasó nada que arruinara tu carrera profesional-me miró mal.-Así que ya deja de darme tus charlas motivacionales,porque no me sirven,me molestan-
-A ver-lo frené.-Nada de lo que te pasó es mi culpa,así que no te descargues en mi.En un rato más vendré a revisarte-tomé mis cosas.
-Oye...-estiró su mano.-¡Espera!-gritó,sin embargo no lo tomé en cuenta.
Ya había llegado la hora de almuerzo así que me dirigí al casino de la clínica para ver qué podía comer,la verdad no tenía mucho apetito así que probablemente me decidiría por una ensalada o algo por el estilo.
Una vez con el almuerzo en mis manos,me senté solitaria en una de las mesas.Comencé a revisar mis redes sociales mientras masticaba mi comida lentamente,ya que había leído muchas veces que mientras más lento masticáramos,más satisfechos quedaríamos.En medio de mi aburrimiento,se me ocurrió la fantástica idea de buscar al famoso Erick Pulgar en Instagram,una vez en su feed,me puse a revisar todas y cada una de sus fotos e historias recientes.
-Ay,su sonrisa-hablé bajo.
Sin duda alguna lo que más me había gustado de ese hombre,había sido su sonrisa,porque de su actitud mejor ni hablar.
Cuando el reloj marcó las dos cuarenta y cinco,tomé mi bandeja para dejarla en el sector indicado,voté la basura,fui hacia el ascensor para ir a echarle un vistazo a mi nuevo paciente.
