Ya habían pasado algunas semanas desde que me vine a "vivir" con el Erick para poder cuidarlo y estar al tanto de todo lo que involucraba su recuperación,la que por cierto iba súper bien.Cada día notaba un nuevo progreso con su pierna,cosa que me enorgullecía muchísimo,no solo por el magnífico trabajo que hice,sino que también por la buena disposición,gran perseverancia y paciencia que ha tenido él con todo el tema,ya que sabía que no había sido algo nada fácil de afrontar.Quedaban unas cuantas sesiones para que por fin pudiese volver a entrenar con su club,obviamente suavemente y muy controlado,pero iría,y eso era lo que importaba.El Erick estaba demasiado emocionado y lo hacía notar todos los días hablándome sobre lo mucho que amaba jugar fútbol,y cada cosa que conllevaba a esto en realidad.
-Ya me voy al trabajo-hablé.-Te dejé el desayuno listo.
-¿A qué hora volverás hoy?-preguntó recién despertando.-Te tengo una sorpresa.
-No lo sé flaco-me encogí de hombros.-Todo depende.Pero ahí te aviso por whatsapp.
-Bueno-me sonrió.-Que te vaya bien.
-Gracias-achiné mis ojos y me acerqué a él.-Cuídate.
-Lo haré-me dio un cálido abrazo.
Luego de despedirme de él como cada mañana,tomé todas mis cosas y salí por la puerta de su casa para así dirigirme a mi trabajo,ya que a pesar de que había aceptado cuidar de él,nunca fue viable la opción de dejar mi trabajo para estar todo el día encerrada en una casa,jamás en la vida haría eso.Así que prácticamente vivíamos juntos como si fuéramos pareja,pero sin serlo realmente.Yo me ocupaba de que la casa estuviera limpia,ordenada,también de darle de comer,y todo lo que haría una "dueña de casa" prácticamente.
Cualquier persona que escuchara esa explicación tan rara,quedaría muy confundida,sin embargo nosotros nos entendíamos y eso era lo importante.
Nuestra relación,cada vez se había hecho más cercana y estrecha.Podíamos pasar horas hablando de nuestras vidas,contándonos anécdotas y experiencias vividas por cada uno,e incluso más de una vez nos habíamos quedado despiertos toda la noche viendo películas.Sentía que estar con el me hacía bien,hasta me atrevería a decir que cada vez que tengo su compañía,me siento plenamente feliz y satisfecha.Saber que en un tiempo tendría que irme de ahí a un nuevo departamento para mi sola,me daba bastante pena y nostalgia,ya que me había acostumbrado a él.
Al llegar a la clínica,me vestí rápidamente y fui hacia urgencias a esperar a que llegara algún caso bueno.
Estuve aproximadamente media hora sentada sin hacer nada,hasta que por fin llegó mi primer paciente.Un hombre de unos treinta años más o menos,llamado Luis,notablemente chileno,el cual presentaba un pequeño esguince en su tobillo izquierdo.-Y por eso me lo esguince po'-terminó de contarme su historia.
-Fue por una tontera-me reí.
-¿O no,weon?-me dio la razón.-Aveces me doy rabia-rió,y yo reí con el.-¿Tú por casualidad no habrás atendido a un amigo mío?-consultó.
-He atendido a harta gente en este ultimo tiempo-elevé mis cejas.-¿Como se llama tu amigo?.
-Erick-pronunció.-Erick Pulgar-terminó dejándome boquiabierta.
-Si-respondí.-Hace unas semanas lo operé de hecho.
-¿Tú lo operaste?-abrió sus ojos por la impresión.
-Supongo que no me dejaste cojo al flaquito.
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