Capítulo 1

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TRES AÑOS DESPUÉS.

En el instituto todos se conocían, o eso creían, en verdad Emma Rodríguez era capaz de pasar desapercibida, muy poca gente se había percatado de su presencia, y si lo habían hecho, la habían ignorado completamente.

Desde que había iniciado el instituto había evitado con todas sus fuerzas relacionarse con sus compañeros, los propios profesores la habían animado a entrar en algún club para que se relacionase con sus compañeros, estaba en el club de baile, pero, aun así, ella prefería pasar desapercibida.

Esa tarde era bastante tranquila, había decidido quedarse en la sala del club haciendo cosas, no tenía ningunas ganas de volver a casa, por lo menos no aún. Todo estaba tranquilo, hasta que la puerta fue abierta por un profesor.

-Así que aquí estas –dijo el profesor al verla –necesito que vayas al gimnasio y traigas al delegado de tu clase.

- ¿Quiere que busque a Alessandro? –preguntó –Si no me equivoco ahora están en mitad del entrenamiento, también soy delegada, podría ayudarlo yo.

-Necesito que estéis ambos, tenemos que hablar de varias cosas.

La castaña asintió y se despidió del profesor con un asentimiento de cabeza, salió de la habitación para dirigirse al gimnasio, del cual salían gritos, se podía escuchar el chirriar de las zapatillas y los golpes de los balones, cuando entró pudo observar a los jugadores entrenar, sin querer interrumpir se acercó al entrenador para pedirle que llamara a Alessandro. Este inmediatamente fue hacía la castaña, y una vez estuvieron juntos se dirigieron a la sala de profesores en completo silencio, para Emma era un poco incómodo ya que nunca había entablado una conversación con su compañero.

Al llegar a la sala, su profesor los esperaba en su mesa, les indicó que se sentaran y comenzaron con la reunión. Estuvieron comentando varias actividades que se iban a realizar en breve en el instituto, entre ellas la excursión que la clase iba a realizar.

-Bien, como sabéis próximamente vamos a realizar una excursión al campo, he pensado que una buena forma de que los alumnos se impliquen, es que ellos propongan actividades –hizo una pequeña pausa, para ver si tenían alguna duda, al ver que ninguno dijo nada continuó –bien, mañana en clase quiero que entre todos elijáis las actividades, y me las entreguéis.

-De acuerdo profesor, mañana hablaremos con nuestros compañeros, y le entregaremos una hoja con las ideas recopiladas.

-Muy bien, pues eso es todo –dijo con una pequeña sonrisa, ambos alumnos hicieron una pequeña inclinación de cabeza para despedirse, pero antes de poder marcharse el profesor volvió a hablar –Emma, quédate, quiero hablar contigo.

Al escuchar esto Emma se puso nerviosa, miro a su compañero que la miraba, y con una pequeña inclinación de cabeza se marchó. La castaña miraba a su profesor a la espera de que este le dijera algo.

- ¿ocurre algo? ¿he hecho algo? –preguntó nerviosa.

-No, nada de eso, tranquila –dijo con una pequeña sonrisa -pero estoy preocupado, soy tu tutor y como tal me preocupo por el rendimiento de mis alumnos, he hablado con algunos profesores, y todos coinciden en que eres muy buena alumna, muy aplicada, pero que no te relacionas con tus compañeros –hizo una pausa para mirar la hoja que tenía sobre su escritorio –tus compañeras de club, dicen que eres muy buena y que siempre participas y te implicas, pero que no te relacionas con ella más allá de lo necesario ¿Por qué no te relacionas con el resto de tus compañeras?

-La verdad es que no tenía ganas de participar mucho en las actividades del instituto, me obligaron a ser delegada y a apuntarme al club de baile, y no me quedó más remedio que aceptar –dijo bastante segura, pero en ningún momento lo miró a la cara.

No more sad songs (Måneskin) PAUSADA INDEFINIDAMENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora