El Plan

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«Cuanto más conocemos sobre el significado de la vida, mejor
comprendemos la importancia de las elecciones que debemos
hacer. Robert Schwartz ha hecho un excelente trabajo
presentándonos las posibles explicaciones de por qué estamos
aquí y por qué hacemos lo que hacemos. Recomiendo
encarecidamente este libro».
Dannion Brinkley, autor de Salvado por la luz.
«Robert Schwartz nos ha dado por fin lo que todos estábamos
esperando: una sólida confirmación de la sospecha que siempre
habíamos albergado acerca de que las circunstancias de
nuestras vidas son el resultado de acuerdos realizados antes de
la encarnación... Gracias, Robert, por haberte decidido a revelar
la verdad de un modo que convencerá a todos, excepto a los
más escépticos"-
Colín Tipping, autor de Radical Forgiveness.
«He quedado cautivada por El plan de tu alma, que me
pareció un libro fascinante e inspirador. Ha llevado mi
comprensión de la planificación prenatal a un nivel mucho
más profundo».
Diana Cooper, autora de Discover Atlantis.
«El plan de tu alma es tan claro que te abrirá los ojos. En él
hallarás respuestas al por qué de los vaivenes de tu vida...
Robert Schwartz ha escrito un libro importante».
Maureen Moss, autora de Commitment to
Love: Tranforming Human Nature into Divine Nature y The
Nature of Bliss.

Robert Schwartz
El plan de
tu Alma
Ahora
puedes descubrir el verdadero
significado de la vida
que planeaste antes de nacer

«Si se hubiera protegido al cañón del
vendaval, no podríamos ahora admirar la
belleza de sus esculpidas formas».
Dra. Elisabeth Kubler-Ross

Agradecimientos
En primer lugar, ofrezco mi más sincero agradecimiento a las muchas personas que
compartieron conmigo sus historias. Sin vosotros, este libro no habría sido posible. Se necesita
valentía y una enorme generosidad de espíritu para ofrecer tu caso al mundo. Vuestra
disposición para hablar tan abiertamente de vuestros conflictos me ha inspirado, y me siento
profundamente agradecido por ello.
A Deb De Bari, Glenna Dietrich, Corbie Mitleid, y Staci Wells, gracias por dedicar parte de
vuestro tiempo, energía y talento a esta empresa. Verdaderamente, no tengo palabras para
expresar mi gratitud. Vuestra compasión y sensibilidad ha conmovido las vidas de todos
aquellos con los que hemos hablado... y la mía también. Trabajar con vosotras ha sido para mí
una alegría y un privilegio.
A Marilu Wilson Peña, gracias por tus maravillosas canalizaciones, por tu generosidad, tu
calidez y tu aliento. A Judy Goodman, gracias por compartir conmigo tu conocimiento y
perspicacia.
Carol Bergmann: tu amistad, calidez y apoyo incondicional han significado más para mí de
lo que tú crees. Gracias por estar ahí. Gracias por el interés demostrado.
Gracias a Sue Mann por su brillante y minuciosa corrección, a Jan Camp por su
creatividad, a Jill Ronsley por su fantástica composición interior y tipográfica, y a Edna Van
Baulen por transcribir las sesiones, y por su entusiasta apoyo.
Estoy muy agradecido por el apoyo y la amabilidad de muchas otras personas, entre ellas
Katelyn Daniels, Marissa Milagro, Kathy Long, los miembros del Grupo de Escritores Ashland
(especialmente a Beth Hyjek, por el tiempo tan valioso que empleaste en ofrecerme tus
pensamientos), y Ellen y Doug Falkner.
Finalmente, a los guías, ángeles, maestros, y al resto de espíritus que iluminasteis mi
camino, os ofrezco mi gratitud por vuestra sabiduría y amor. La creación de este libro ha sido
una maravillosa aventura. Gracias por vivirla conmigo.
Prólogo
El veinticinco de febrero de 1969, Christina, de veinte años I
de edad, auxiliar administrativa en
el departamento de (ciencias políticas de la universidad de Pomona, en Claremont, California,
fue al buzón situado en el sótano del edificio para recoger la correspondencia de su jefe. En el
momento en el que tocó un paquete que había en el buzón estalló una bomba que la lanzó al
otro extremo de la habitación. El aire se llenó de polvo y hollín; trozos de madera de más de dos
metros salieron disparados contra el muro de cemento a su espalda. Las llamas le quemaron el
rostro y la dejaron temporalmente ciega. La explosión le mutiló dos dedos de la mano derecha y
le rompió ambos tímpanos.
Christina había planeado esta experiencia antes de nacer. Y ella sabe por qué.

El Plan De Tu Alma Ahora... Robert SwartzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora