Para hacer este libro tan útil como sea posible, me he concentrado en algunos de los
desafíos vitales más comunes. Desde luego, la adición a las drogas está entre ellos. Este
capítulo explora la adicción a las drogas y al alcohol desde dos perspectivas: unos padres cuyo
hijo tiene una adicción, y una persona que está experimentándola de primera mano. En la pri-
mera categoría está Sharon Dembinski, cuyo hijo, Tony ha luchado contra su adicción a la
heroína.
Como Sharon, millones de padres de todo el mundo luchan por comprender por qué sus hijos
eligieron tomar drogas. Se sienten tremendamente culpables, y se culpan a sí mismos por haber
fallado a sus hijos de algún modo. Muchos ven la adicción como un sufrimiento sin sentido, tanto
para los chicos como para sus familias. Me preguntaba si el concepto de planificación prenatal
podría aliviar el dolor de estos padres, quizá ayudándoles a ver un reto más profundo para esas
experiencias.Cuando comencé a investigar este desafío vital, no sabía si estas dificultades habían sido
planeadas antes del nacimiento. Ya había hablado con Jennifer (capítulo 3), cuyos dos hijos
nacieron con varias discapacidades. Si Jennifer y sus hijos hubieran planeado estas
discapacidades, cabe la posibilidad de que unos padres y su hijo hayan planeado también la
adicción del hijo. Los hijos de Jennifer habían nacido con esas dificultades, mientras que el hijo de
Sharon se había hecho adicto a la heroína en su adolescencia. De hecho, si Sharon y Tony habían
planeado su adicción, ¿cómo sabían que se desarrollaría más tarde en la vida? Más aun, ¿por qué
dos personas, una de ellas un padre cariñoso, planearían encarnaciones en las que el hijo tendría
una adicción a las drogas? ¿Qué propósitos espirituales tendría esta vivencia para el padre? ¿Y
para el hijo? ¿Y cómo coordinarían el padre y el hijo sus planes de vida para que cada uno de ellos
experimentara el crecimiento deseado?
EL RELATO DE SHARON
Sharon, enfermera de pediatría especializada en cuidados intensivos neonatales, estaba en
su trabajo cuando recibió la llamada de su hija Sarah. Sarah y el marido de Sharon, John, habían
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encontrado a Tony inconsciente en el suelo de su cuarto de baño, con una jeringuillaensangrentada junto a él, un cinturón apretado alrededor de su brazo, y la piel azul.
-Empecé a llorar como una histérica -recordó Sharon-. Salí corriendo y me metí en el
coche. La doctora con la que trabajaba salió detrás de mí. Me dijo, "iTranquilízate! No puedes
conducir en ese estado". Apoyada en la ventanilla, seguí diciendo, "iPor favor, apártate de mi
coche!". Al final, se apartó. Conduje tan rápido como pude, y durante todo el camino fui rezando, iPor
favor, que esté vivo cuando llegue! iPor favor, no lo dejes morir!
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El Plan De Tu Alma Ahora... Robert Swartz
De Todo«Cuanto más conocemos sobre el significado de la vida, mejor comprendemos la importancia de las elecciones que debemos hacer. Robert Schwartz ha hecho un excelente trabajo presentándonos las posibles explicaciones de por qué estamos aquí y por qué h...