11-Agotada

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—Alicia ¿acepta a Aaron Evans como su legítimo esposo?

—Sí, acepto—digo y veo que el sonríe

—Aaron ¿acepta a Alicia Gutiérrez como su legítima esposa?

Él vuelve a sonreír—No, no acepto

Me despierto de pronto y me caigo de la cama pero al ponerme de pie tan rápido me mareo y vuelvo a caer al piso, estoy consciente que la caída hizo un gran estruendo ya que desde el suelo veo a Aaron entrar en mi habitación. El se agacha para ayudarme a levantarme.

—¡No, suéltame!—se sorprendió ya que dio un pequeño brinco—¿por qué dijiste que no baboso?

—Alicia no tengo idea de que estás hablando

—¿Cómo que no tienes idea si era nuestra......

¡Oh mierda estaba soñando!

JAJAJJAJA me alegroooo......

—Ali creo que estabas soñando

—Creo que si

Busco un punto cualquiera en mi habitación, mi cerdito verde de peluche, no me había fijado que era tan lindo y esponjosito.

—¿De que trataba tu sueño?—me pregunta curioso

— No me acuerdo—me levanto del suelo—levántate del piso, tenemos escuela

—Alicia mira allí—me señala al reloj digital que está en una de las mesitas de noche—cuatro y treinta y siete de la mañana

—Pues yo no tengo sueño, iré a comer algo—paso por su lado con la intención de ir a la cocina pero su agarre en mi muñeca me impide salir

—Ey primero necesito hablar contigo

Me cruzo de brazos—¿A esta hora?

—Sí, ahora siéntate

—Sé rápido...

—Necesito que me expliques por qué no me haz hablado en esta semana, no hablamos desde el día en que llegó Landon ¿qué está pasando?

—No pasa nada, sólo estoy ocupada estudiando para las pruebas, tengo que pasar de año

—No es eso y lo sabes

—Voy a comer—salgo corriendo de la habitación y me caigo a mitad del pasillo

—¿Estás bien Alicia?—se queda de pie a mi lado

—No Aaron no estoy bien, tengo hambre—digo levantándome del suelo

—Vamos a la cocina pues

—Aaron ¿por qué no vas a dormir?

—No tengo sueño—se encoge de hombros—vamos

—Eres estresante

—Lo se, ¿qué exámenes tienes hoy?

—Historia y Matemáticas además de que mañana tengo Física y Química

—Uhhh que mal, ¿quieres que te ayude a estudiar?

—Aaron son las cinco de la mañana y los exámenes empiezan en cuatro horas

—No importa, lo hago para que me perdones y mañana también tienes exámenes

—¿Perdonarte por qué?

—¿No estás enojada conmigo?

—Claro que no, ¿pensabas que estaba enojada contigo?—asiente—¿por qué?

¿Hermanos?...No lo creo © [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora