EDIPO, AGRIPINA O ELEKTRA

capitulo 1 ( Jin )

Me llamo Kim seok jin, tengo quince años, y estoy enamorado de mi padre.

Ya hace tiempo que he venido sintiendo algo extraño, talvez este mal, bueno, no talvez, yo sé que lo está. Eh tratado de ignorar esto, incluso pueden pasar días y no le dirijo la palabra, pero cuando se acerca a mi, le digo cosas hirientes para ocultar mis ganas de besarlo.

Tengo a la mamá más buena y amorosa del mundo, pero cuando la veo abrazándolo, me pongo tan molesto que le eh llegado a desear la muerte.
Me eh vuelto frío con los dos, y suelo salir todas las noches para olvidarme aunque sea un rato de el.
Casi siempre regreso ebrio y muy tarde, mi madre siempre me regaña, dice que ahun estoy muy chico para andar bebiendo y viniendo a esas horas.
No entiende que lo hago para olvidar a su esposo, para no cometer la estupidez de confesarle esto que me está matando, para no decirle padre lo amo, para no decirle padre quiero hacer el amor con usted.

Hoy me quedé dormido, se me olvidó que hoy es lunes y hay escuela, mi padre vino a despertarme, dijo despierta mientras acariciaba mi cabeza, desperté en cuanto oí su voz y golpeando su mano le dije no me toques. No quería estar en la misma habitación que el, así que me levanté rápido sin ni siquiera mirarlo y me metí al baño asegurando la puerta, sabia que no entraría al baño conmigo, pero sinceramente soñaba con que lo hiciera.

Después del baño me cambié rápido y me fuí sin desayunar pues ya era tarde, entré a clases, mis amigos se burlaron de mi, de lo tarde que era nisiquiera me peine ni ate mis agujetas. Voy muy bien en la escuela, aunque no sé cómo consigo sacar buenas calificaciones si me la paso pensando en el.

Estoy en el club de actuación, me gusta mucho, muy pronto realizaremos una obra para el evento de primera, y yo soy el papel principal, interpretó a un rey que está enamorado de las estrellas, pensandolo bien creo que ese rey y yo somos muy parecidos, los dos enamorados de algo y alguien que es completamente inalcanzable.

Después de un día de escuela fui con mis amigos al karaoke; cantamos, reímos y bebimos. En algún momento me puse sentimental y no paré de llorar por un largo rato, mis amigos solo me abrazaron, y uno que otro me acompañó con mi llanto y dolor, ellos saben de mis sentimientos, no les oculto nada, más que mis amigos son como mis hermanos, después de todo soy hijo único.

Volví a casa como a las tres de la mañana, mis amigos me ayudaron a llegar a casa y también a entrar, estaba tan borracho que ni siquiera podía ponerme de pie, solo recuerdo que me dejaron en el sofá de la sala y se fueron.

A la mañana siguiente desperté en mi cama y alguien me había cambiado la ropa, creí que había sido mi madre, pero resultó que había sido mi padre.
Me volví loco y comenzé a tirar las cosas, fui a su despacho y le grité que jamás volviera a hacer lo que hizo, que yo me sabía cambiar solo y que no se entrometiera más en mis asuntos, estaba muy molesto, tomé una ducha y me fuí a la escuela.

Al llegar le conté a mis amigos, se sintieron avergonzados y me dijeron que estaban por irse de mi casa en la madrugada cuando mi padre bajo, me tomó en sus brazos y me llevo a mi habitación, mi corazón latía como mil veces más de lo normal, comenzé a sudar y sentirme mareado, ellos me abrazaron y me dijeron olvídalo, no te confundas o te sentirás peor. Odiaba que tuvieran razón, no podía hacerme iluciones por eso, después de todo, es lo que cualquier padre haría.

Después de clases me fui a casa, entré a mi cuarto y me puse a ensayar mi papel para la obra. Estaba practicando una escena donde el rey le llora y le grita a las estrellas que las ama y que no puede vivir sin ellas, mi madre se asustó al escucharme gritar y entró sin avisar, me causó gracia su expresión y me puse a reír; pero la risa se fue cuando llegó mi padre y poniendo su mano en la cintura de mi madre le dio un beso y se fue al trabajo.
Por poco y le grito no la beses, pero supe contenerme, cerré mi puerta y seguí ensayando. No me di cuenta y me quedé dormido, ya era muy tarde, y me levanté a la cocina a tomar un vaso de agua, talvez eran como a las once o doce de la noche, no lo sé, talvez, me quedé un momento ahí, solo pensando, y depronto una lágrima se me escapó, después de un minuto ya no era una lágrima si no un torrente de lágrimas, lloraba y lloraba con mi mano cubriendo mi boca para no hacer ruido, estuve ahí no se cuánto tiempo, conseguí calmarme y volví a mi habitación.