¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐕𝐎𝐋𝐕𝐄𝐑𝐄 𝐀 𝐓𝐈
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hace dos años, se desató un combate contra un poderosa pandilla, hubieron heridos, hubieron personas que llegaron al hospital, hubieron personas que se entregaron a la policía, hubo llanto. Aquel día falleció la novia del famoso capitán de la cuarta división, Nahoya Kawata más conocido como Smiley, los miembros de la Toman que más la conocían lloraron y los demás acompañaron, por primera vez la sonrisa de Smiley se desvaneció, quedando las lágrimas resbalando por sus mejillas, sentía frustración por no haber podido hacer nada, Angry, su gemelo tan solo lo abrazó, compartiendo el dolor de él.
El aullido de las sirenas policiales le alertaron a todos, cada uno se levantó y como pudo dejaron todo atrás, sin embargo, lo que nadie se dio cuenta fue que en los labios de ella, se formó una pequeña sonrisa.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— Desde hoy en adelante, él estudiará con ustedes, sean buenos compañeros y compañeras. — anunció la maestra.
— Es un placer, mi nombre es Yue Igarashi. — Hice una pequeña reverencia.
— Ah que lindo es...
— Si... Mira su cabello, ¿será natural el color?
— Ay me vio....
— Mentira, me vio a mi...
La mayoría de murmullos en la clase las oí perfectamente sin embargo, las ignoré, pasé hasta el último lugar, sentándome en el lugar libre.
— Bien, silencio, comenzaremos la clase.
Había pasado dos años desde el incidente, fingir mi muerte había sido lo mejor para todos, no quería poner en peligro a nadie más, aún doliese esta decisión, no podía hacer, ahora simplemente debía volver a integrarme en una pandilla y acabar con él, es mi único objetivo. Actualmente fingía ser un chico para no ser reconocida, me las arreglaba con algunas herramientas para que nadie sospechase de mi y así pasar por desapercibida.
La clase pasó más rápido de lo que pensé, miré hacía afuera, el día estaba nublado seguro llovería en cualquiera momento o eso aparentaban las nubes, la campana comenzó a sonar.
— ¡Oe!
Curiosamente volteé la mirada, posandola sobre el dueño de la voz que me habló, enarqué una ceja, este solo soltó una pequeña sonrisa.
— Un placer chico nuevo, soy Ryuji Honma, pero si quieres llámame Ryu. — Ahora que me fijaba, este chico era el que se sentaba a mi lado, a veces podía ser tan despistada.
— Esta bien. — Asentí a sus palabras.
Lo examiné con la mirada empezando por arriba, su cabello era de color negro con puntas blancas, tenía un arete en su oreja izquierda, sus ojos eran de color azul, su uniforme era el mismo que el mío, parecía no ser mal chico.
— Anda, no me mires así, seamos amigos. — Amplió la sonrisa.
— Claro. — Acepté sin problemas.
— ¡Ven! Vamos a comer algo. — Comenzó a caminar hacía la salida.
Sin reproche le seguí, la diferencia de estaturas era notoria, parecía estar en los 175 cm aproximadamente, ambos llegamos a la cafetería, esperamos nuestro turno y cada uno pidió lo suyo, estando con la bandeja en mano, nos sentamos en una de las mesas vacías.
— ¡Cuéntame! ¿Estás en alguna pandilla? — Preguntó mientras se servía.
— En realidad no, ¿Tengo pinta? — Pregunté curiosa mientras le daba un mordisco a mi sándwich.
— Si, tu mirada, tu personalidad, creí que pertenecías a una, estoy decepcionado. — Comenzó a reír por lo bajo.
Enarqué una ceja.
— ¿Tu perteneces una? — Pregunté.
— ¡Si! — Se acercó más. — Estoy en la Toman, soy miembro de la segunda división. — Susurró.
— Oh...
Una sensación dolorosa se posó en mi pecho al oír el nombre, Toman, una pandilla en la que un día entregué todo para mantenerlos salvo.
— Es genial... — Murmuré.
Después de aquello no quise seguir el tema, aún debía elaborar bien mi plan para no ser descubierta, debía ser más astuta que él.
