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𝐕𝐎𝐋𝐕𝐄𝐑𝐄 𝐀 𝐓𝐈

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𝐕𝐎𝐋𝐕𝐄𝐑𝐄 𝐀 𝐓𝐈

𝐕𝐎𝐋𝐕𝐄𝐑𝐄 𝐀 𝐓𝐈

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— Alza tus brazos. 

Una orden simple de cumplir me colocó nerviosa, demasiado diría, había estado tranquila en el transcurso que Mitsuya obtenía mis medidas, el problema estaba en el torso, había que si medía esa zona, se daría cuenta de la faja que sostenía mis senos, pasé saliva y cerré los ojos fuertemente. Mitsuya midió con calma pero se dio cuenta de ello, pude sentir su mirada potente mientras alejaba la cinta de medir.

— Yue... Tu... — Señaló.

Abrí los ojos y bajé la mirada, rechazar la idea de hacer mi propio uniforme de la Toman extrañaría a todos, por lo que no podía, solo quedaba confesarle a Mitsuya y pedirle que guardase el secreto.

— ¿Eres chica? — Enarcó una ceja.

Asentí.

Antes de que pudiera preguntar algo más, la puerta se abrió dejando ver a una chica, por reflejo abracé a Mitsuya por la espalda, mostrandole una pequeña sonrisa a la chica.

— S-Sempai... ¿I-Interrumpo algo? — Preguntó la chica.

— Justo estábamos en una conversación importante, ¿Por qué? — Enarqué una ceja, Mitsuya me miró raro ante mis palabras.

— ¡Lo siento! — Se fue corriendo, dejando la puerta cerrada.

— La asustaste... — Dijo Mitsuya, separándose para luego voltear a verme. — Me debes una explicación.

— Lo se y te la daré pero ahora no. — Suspiré, tomando mi chaqueta. — ¿Puedes venir a mi casa? Alrededor de las 10 esta bien, vivo sola después de todo.

— Esta bien.

Tomé su libreta donde tenía las medidas, en una esquina anoté la dirección de mi hogar.

— No se lo digas a nadie ¿Si? — Pedí, este volvió asentir.

Colocándome la chaqueta, salí de ahí, avanzando por el largo pasillo, al salir del establecimiento me encontré con Ryu.

— ¡Hola! ¿Cómo te fue? — Preguntó con una leve sonrisa.

— Bien, debo irme, tengo cosas que hacer. — Me despedí lo más rápido posible, dejándolo atrás.

Vagando por la zona, estaba perdida en mis pensamientos, repasando las palabras de como confesaría mi secreto a Mitsuya sin que se enoje y me deje de hablar, con solo pensar en que eso podría pasar me asustaba, demasiado

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Vagando por la zona, estaba perdida en mis pensamientos, repasando las palabras de como confesaría mi secreto a Mitsuya sin que se enoje y me deje de hablar, con solo pensar en que eso podría pasar me asustaba, demasiado. Salí de mis pensamientos al ver a un tipo golpear a un chico familiar para mi.

— Oe. — Me acerqué con las manos en los bolsillos, dedicándole una mirada al chico en el suelo, bueno, habían dos. — ¿Tu eres Takemicchi? 

 Había oído de él por parte de Ryu, aunque al otro no lo conocía. 

— S-Si... — Soltó el rubio.

Volví la vista a los hombres, reconociéndolos, aquello me hizo sonreír ampliamente.

— Otro enano más, no te metas donde no te llaman bastardo. — Si que tenía buen vocabulario este tío.

— Kiyomasa ¿No? — Ladeé la mirada. — Pertenezco a la cuarta división, deberías tener más respeto, ¿acaso la Toman enseña esto? Lo segundo es que este chico, Takemicchi, es el amigo de Mikey.

Mis palabras le habían molestado, su ceño estaba más fruncido que antes, no importa que mida más de 180 cm, no me intimidaba. 

— Más te vale no digas nada, bastardo, o ya verás. — Sacó su bate favorito.

— Oh, a ver, intenta golpearme. — Pausé, viendo al resto. — Bueno, pueden venir todos a la vez si quieren.

— Te crees valiente ¿He? Ya veremos si dices lo mismo después. 

Los que seguían a Kiyomasa, me rodearon en circulo, de un momento a otro, todos vinieron a la vez, recibí algún que otro rasguño pero terminé por dejarlos inconscientes y con muchas heridas, me acerqué a Kiyomasa y le di una patada, provocando que se arrastrase por la fuerza que ocupé.

— Si te veo otra vez cerca de este chico o veo que estás lastimando a alguien, me encargaré de que no vuelvas a ver la luz del día, basura. — Amenacé al ver que Kiyomasa estaba apenas consciente. Volví la mirada a los chicos y les sonreí. — Ustedes dos vengan conmigo.

Ambos chicos me siguieron mientras nos alejábamos de allí, dos detuvimos a medio puente y los miré.

— Takemicchi, ¿Quién es tu amigo? — Pregunté.

— Puedes llamarme Akkun. — Dijo el pelirrojo.

Asentí ante sus palabras, fijé la mirada en el rubio.

— Algo me dice que no es la primera vez que Kiyomasa te golpea o golpea a tus amigos. — Hablé con calma. — No me agrada ese tipo, si vuelve a intentar algo pueden decírmelo.

— Jejeje... — Se veía nervioso.

— Puedes confiar en mi, no soy mala persona. — Le sonreí levemente. — Por cierto, soy Yue. 

Me quedé otro rato conversando con ellos, terminando por pasarnos nuestros números por si algo sucedía, ambos chicos me agradaban, parecían buenas personas.

𝐕𝐎𝐋𝐕𝐄𝐑𝐄́ 𝐀 𝐓𝐈 ┊ Nahoya Kawata. ☑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora